La reciente tendencia al continuo aumento de la tensión geopolítica ha sufrido un pequeño revés: el miércoles, Israel y Hezbolá anunciaron un alto el fuego a partir de las 4:00 hora local.
Pero los precios del petróleo, tanto el WTI como el Brent, no cayeron al efecto, pues los mercados ya habían anticipado la noticia positiva días antes de que entrara oficialmente en vigor.
¿Seguirá cayendo el petróleo?
Dependerá de dos factores: la oferta y la demanda. Aunque la economía de EEUU sigue creciendo a buen ritmo, al igual que el S&P 500, a pesar de las altas tasas, no todos los países están en la misma situación.
En Alemania, por ejemplo, las previsiones de actividad empresarial para noviembre se ajustaron a la baja debido a la crisis política interna y la amenaza de tarifas arancelarias de Donald Trump.
Con los últimos cambios, las proyecciones de crecimiento de la economía alemana han sufrido el mayor recorte entre las principales economías industriales, pasando del 1,2% al 0,6% para 2025.
Las perspectivas para la economía china también siguen siendo inciertas, a pesar de los billones de yuanes destinados a estimular el crecimiento. Y la razón sigue siendo la misma: la geopolítica.
Entre los principales riesgos, en EEUU se está estudiando un proyecto de ley para eliminar las relaciones comerciales normales con China, como ya ocurre con Cuba, Corea del Norte, Rusia y Bielorrusia.
De aprobarse, el comercio entre ambos países, que fue de $664,5 mil millones en 2023, disminuirá, lo que afectaría negativamente a una economía china ya afectada por la falta de demanda interna.
Todo esto podría generar problemas con la demanda y presionar los precios del petróleo el próximo año.
En cuanto a la oferta, los precios del petróleo se mantienen por noticias de que OPEP+ podría retrasar el aumento de la producción y por la amenaza de tarifas de Trump sobre el petróleo canadiense.
Además, persiste el riesgo de una reducción en las exportaciones de petróleo ruso por la geopolítica, especialmente debido a las sanciones contra Gazprom y los ataques a las plantas de producción.
Por otro lado, Donald Trump prepara iniciativas que podrían aumentar la producción de petróleo en EEUU, lo que podría contrarrestar los efectos negativos mencionados.
En resumen, por ahora parece que hay más factores que indican que el petróleo seguirá bajo presión, aunque la situación podría cambiar drásticamente si, por ejemplo, aumentan las tensiones geopolíticas.
***Igor Kuchma es analista de Trading View.