El miedo a una quiebra de Francia supera el registrado con las elecciones anticipadas y toca máximos desde la Covid-19
- El selectivo de la Bolsa francesa se desmarca del resto de índices europeos y acumula un descenso anual del 1,5%.
- Más información: Macron culpa al "frente antirrepublicano" del "caos" en Francia sin dar nombres ni fechas para suceder a Barnier.
Francia está inmersa en su último episodio de incertidumbre política. La moción de censura que ha hecho caer al Gobierno de Michel Barnier ha elevado el miedo a una quiebra del país a niveles no vistos desde la primera mitad de 2020, situándose por encima de los registrados durante las elecciones anticipadas.
Fue el pasado miércoles cuando la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular y la ultranacionalista Agrupación Nacional votaron a favor de destituir a Michel Barnier como primer ministro de Francia.
Barnier gobernaba hasta ahora en minoría y, ante la dificultad para aprobar los presupuestos, el lunes recurrió al artículo 49.3 de la Constitución francesa. Dicho artículo contempla la posibilidad de aprobar leyes esquivando la votación parlamentaria a cambio de tener que someterse a una moción de censura.
Los 182 diputados del Nuevo Frente Popular y los 143 escaños de la Agrupación Nacional de Marine Le Pen sirvieron para desbancar al veterano político, quien, un día después, presentó su dimisión al presidente de la República, Emmanuel Macron.
Ahora Macron negocia para encontrar un sustituto a Barnier. Entre los candidatos a convertirse en primer ministro se encuentran el ministro de Defensa, Sébastien Lecornu, o el titular de Interior, Bruno Retailleau. En las quinielas también figuran el ex primer ministro socialista Bernard Cazeneuve, el excomisario europeo Thierry Breton o el exministro conservador François Baroin.
CDS
La Bolsa de París, los bonos y la prima de riesgo no han permanecido ajenos a la incertidumbre política francesa. Tampoco lo han hecho los CDS, las siglas del inglés Credit Default Swaps.
Los CDS son instrumentos financieros derivados que actúan como un tipo de seguro contra el impago de la deuda soberana. De esta forma, representan una medida del riesgo percibido de que un país no cumpla con sus obligaciones de pago sobre sus bonos soberanos.
¿Cómo funcionan? El comprador de estos instrumentos financieros paga una prima periódica, similar a la prima de un seguro, mientras que el vendedor asume el riesgo de impago a cambio de esas primas.
Así, si el país incumple su deuda –si entra en default o reestructura los bonos–, el vendedor del CDS debe compensar al comprador por las pérdidas sufridas.
Por tanto, si los CDS de un país son altos, los inversores perciben un mayor riesgo de impago. Y al contrario, que se encuentren en niveles reducidos señala una mayor confianza en la estabilidad económica del país.
En el caso de Francia, los CDS a cinco años se elevaron hasta rozar los 42 puntos básicos el pasado 3 de diciembre, víspera de la moción de censura. En una sola jornada se dispararon un 15%.
El nivel es superior a los máximos que alcanzaron a principios de julio, entre la celebración de la primera vuelta –el 30 de junio- y la segunda vuelta –el 7 de julio- de las elecciones francesas. De hecho, para ver cifras similares hay que retroceder hasta junio de 2020, cuando todavía la irrupción de la Covid-19 causaba estragos en los mercados financieros.
La incertidumbre política francesa también se ha visto reflejada en la prima de riesgo del país. El diferencial que Francia debe pagar para financiarse respecto a Alemania –considerado el emisor más seguro de la eurozona- llegó a rozar los 90 puntos básicos.
Sin embargo, en la sesión de este viernes, la prima de riesgo de Francia se reducía hasta los 77 puntos básicos. Era la primera vez que caía por debajo del umbral de los 80 puntos básicos en dos semanas.
Lo mismo ha ocurrido con los CDS franceses a cinco años, que el viernes se relajaron hasta los 37 puntos. A pesar de ello, siguen en niveles superiores a los de España (33) y Portugal (28).
Subida del Cac 40
El Cac 40, el principal selectivo del parqué parisino, ha terminado la semana con una subida del 2,65%. Varios factores explican este comportamiento. En primer lugar, los inversores llevaban anticipando desde el 27 de noviembre que el Gobierno de Barnier iba a caer por una moción de censura apoyada a la vez por la izquierda y por la extrema derecha.
En segundo lugar, cabe destacar que la mayoría de los integrantes del Cac 40 son gigantes internacionales que desarrollan el grueso de su actividad fuera de las fronteras francesas. Por tanto, el impacto directo de la política nacional en sus cuentas es relativamente limitado.
Por último, el parón de la tramitación parlamentaria de los presupuestos por la moción de censura hace prever, como una de las hipótesis más probables, que para 2025 se tengan que aplicar los de 2024. Y eso supondría el mantenimiento de las mismas reglas fiscales.
Es decir, que las grandes empresas escaparían a los impuestos que pretendía implantar el Gobierno recién caído como medidas para controlar el déficit público.
Sin embargo, y pese al avance de los últimos días, la Bolsa de París se deja un 1,5% en 2024. El descenso contrasta con las subidas del 19,5% del Ibex 35 español, del 21,7% del Dax alemán o del 14,5% del Mib 30 italiano.
Gran parte del pobre rendimiento del selectivo francés se debe a la evolución registrada desde que Macron anunció la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas. En seis meses, desde el 10 de junio, la caída acumulada es del 7,2%.
Prórroga del presupuesto
A pesar de que el Cac 40 se haya tomado de forma positiva la posible prórroga del presupuesto de 2024, la extensión de esta hoja de ruta para las finanzas públicas "podría agravar aún más el déficit presupuestario del país, es decir, la brecha entre los gastos y los ingresos fiscales", tal y como advierten desde Allianz Global Investors.
El déficit público francés, que en 2023 subió hasta el 5,5% del PIB -lo que llevó a la Comisión Europea a abrir un expediente por déficit excesivo- podría elevarse hasta el 5,6% este año, e incluso hasta el 6%.
“Dado que el gobierno prevé un crecimiento superior al 1% en 2025, cualquier riesgo de incumplir este objetivo podría aumentar el déficit, lo que resultaría en un mayor deterioro de la relación deuda/PIB, superando el objetivo inicial del 114,9%”, subrayan desde la misma firma.
La problemática de Francia excede las fronteras del país. La crisis política y el déficit francés suponen una "amenaza existencial" para la eurozona, tal y como advierten desde la gestora francesa Carmignac, especialmente si "el estallido de la burbuja fiscal no se resuelve rápidamente".