Friedrich Merz, presidente de la CDU, tras una reunión conjunta del comité ejecutivo de la CDU y la CSU.

Friedrich Merz, presidente de la CDU, tras una reunión conjunta del comité ejecutivo de la CDU y la CSU. Europa Press.

Mercados

Los inversores ansían la victoria de Merz en Alemania y un alto el fuego en Ucrania para que la economía europea se reactive

El índice DAX sube ya cerca de un 14% ante el posible cambio de gobierno.

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Que la economía europea empiece a acelerar el paso para no quedarse descolgada de Estados Unidos y Asia depende ahora mismo de dos eventos: que el democristiano conservador Friedrich Merz, de la CDU, gane las próximas elecciones alemanas del 23 de febrero, y que se produzca un alto el fuego en la guerra de Ucrania.

Esto es lo que más ocupa a los grandes inversores hoy por hoy. Porque, precisamente, el frenazo que vive la locomotora de Europa desde hace más de un lustro se explica en parte por el ahogamiento energético ruso. Los efectos del conflicto en el este del Viejo Continente, junto a la desaceleración de China, han atado de pies y manos a Alemania.

El acontecimiento más importante que esperan los inversores tras las elecciones del domingo estará ligado a si se producen aumentos significativos del déficit presupuestario en el país germano. Para que esto ocurra, el nuevo gobierno alemán debe ser capaz y estar dispuesto a introducir cambios.

Según las encuestas, lo más problable es que la CDU y la CSU den un vuelco político al mandato actual y Merz se haga con la cancillería, de donde saldría Olaf Scholz. Pero, sin mayoría absoluta, el conservador necesitaría al menos un socio para poder gobernar. Si se mantiene el cordón sanitario a los ultraderechistas de la AfD, los socioldemócratas del SPD -o, incluso, los Verdes- tendrían que hacer de muleta a la CDU/CSU.

La forma más clara de abrir la manguera del déficit presupuestario sería modificando el freno a la deuda, lo que requeriría dos tercios de los votos en el Parlamento.

Por lo tanto, es importante que los partidos de extrema izquierda y extrema derecha, que han manifestado su oposición a dicho cambio, obtengan menos de un tercio del Bundestag.

El grado de disposición del nuevo gobierno a aumentar el gasto sólo se conocerá cuando se perfilen los términos de una alianza entre los partidos vencedores.

Apertura fiscal, pero la justa

"Hasta ahora los mercados piensan que es probable que se produzca algún aumento del gasto, pero no uno drástico, lo que nos parece justo", asevera Felipe Villarroel, gestor de TwentyFour AM (Vontobel).

"La reforma de la regla fiscal se está debatiendo como una forma de permitir un mayor gasto público, fundamental para áreas clave como la infraestructura y la defensa. Sin embargo, la implementación de estas políticas enfrentará largas negociaciones y los efectos positivos se verán a largo plazo", cree François Cabau, economista sénior de la zona euro en AXA IM.

La simple posibilidad de un cambio de gobierno ha favorecido la evolución de la bolsa alemana: el índice DAX sube ya cerca de un 14% este año. El final de la guerra de Ucrania también ha ayudado a este buen resultado, ya que la economía alemana ha sido una de las más perjudicadas los últimos años por la falta del gas ruso.

Con todo, la opinión de Óscar del Diego, director de Análisis en Ibercaja Gestión, es que "el mercado está sobrerreaccionando a los dos catalizadores" y que "el movimiento tiene que ver con la importante infraponderación de los inversores internacionales en la zona, tras varios años de malos resultados".

Aun así, reconoce este gestor, "las dos noticias -el cambio de gobierno con liderazgo del CDU/CSU y el posible alto el fuego en Ucrania- no dejan de ser noticias positivas para Alemania y para toda la zona euro".

Una economía la del Viejo Continente que enfrenta otros muchos problemas a los que poner solución, desde atajar las consecuencias más evidentes del cambio climático hasta subirse al tren de la inteligencia artificial, que hoy conducen EEUU con ChatGPT (OpenAI) y China con DeepSeek.