Cualquier aficionado a la vela conoce los conceptos de viento aparente y viento real. De forma muy sencilla, el viento real es el que notamos cuando estamos parados, mientras el viento aparente es el que se suma (o resta) al viento real conforme el barco avanza generando su propio viento.
Sirva este concepto para introducir una de las causas más utilizadas para explicar el comportamiento del Ibex 35, como es el gran peso que el sector bancario tiene en su ponderación. El viento real del Ibex 35 es el sector bancario, mientras que el viento aparente es la tendencia del índice (acumulada a la del sector bancario).
Con esta idea en la cabeza, esta semana vamos a cambiar el punto de vista del análisis del selectivo español para centrarnos en el sector bancario:
Partimos de la evolución técnica del índice sectorial bancario del Dow Jones Eurostoxx50, para lo cual utilizaremos el gráfico nº1. En el gráfico observamos cómo la cotización encontró apoyo a principios de julio en el entorno de los 84 euros – el mismo nivel que a finales de año 2018 -, dando paso a una fase lateral, neutral, sombreada en naranja, en la que se aprecia cómo la cotización consolida en el entorno de los 90 euros.
Es en estos movimientos de consolidación donde todo analista se pregunta: ¿y ahora qué?
En lo que a España se refiere, nuestro yate ganador (por lo menos por cotización) es el Santander. Utilicemos el siguiente gráfico para ver cómo navega: la cotización diaria del Santander muestra un hueco de escape bajista, lo cual supone una señal muy negativa que anticipa la búsqueda del soporte de 3,9 e incluso de 3,7 euros.
Dado que este escenario técnico se repite en la mayoría de bancos, el avance del selectivo español parece, como mínimo, limitado. No parece momento para levantar la orza.
Antonio Jaureguízar Francés es responsable de desarrollo de negocio en Noesis A.F.