El bitcoin empieza a brillar. El precio de la criptomoneda por antonomasia resurge después de semanas apartada de la búsqueda de refugio inversor desatada por la llegada del coronavirus a Europa. Un cambio de rumbo que coincide con los últimos movimientos de la Reserva Federal de EEUU (Fed) para inundar el mercado de dólares.
Estos esfuerzos cada vez más titánicos por parte de la Fed tienen en el bitcoin su derivada mas reconocible. En algunas de las últimas sesiones en las que la institución estadounidense ha anunciado nuevas medidas para asegurar la liquidez en dólares a lo largo y ancho del mundo, la criptodivisa ha llegado a repuntar un 18% intradía.
Desde los mínimos del pasado 12 de marzo, cuando los mercados vivieron una jornada negra por la falta de contundencia de Banco Central Europeo (BCE) en su lucha frente al coronavirus, el bitcoin se apunta una revalorización superior al 35%. Ese es el camino al alza que ha recorrido desde los 4.927 dólares a los que cayó tras la tibieza de Christine Lagarde a la hora de defender el euro.
Apenas unos días después, el arrojo de Jerome Powell en su defensa de la competitividad y liquidez del dólar ha llevado su cotización hasta los 6.664 ‘billetes verdes’. Una evolución que, sin embargo, dice poco a favor del bitcoin como activo refugio, una categoría en la que casi ni el oro es capaz de entrar últimamente por las ventas a las que se ven obligados muchos inversores para cubrir las pérdidas de sus carteras.
En este sentido, analistas consultados señalan que los recientes movimientos de rebote del bitcoin se deben más a la evolución del dólar, a donde sí que huyeron los inversores en los primeros compases de esta crisis sanitaria, que a la entrada real de dinero inversor en el mercado de criptodivisas.
Más seguidor que líder
Y es que los volúmenes registrados en las grandes plataformas de negociación de esta moneda digital están lejos de igualar los registros de sus sesiones recientes de mayor desplome.
El portavoz en España de la plataforma de trading eToro, Javier Molina, aconseja esperar acontecimientos antes de tomar ninguna decisión. En su opinión, la señal de entrada no llegaría hasta conseguir una remontada sólida por encima de los 6.500 dólares, una cota que ya se está consiguiendo rebasar.
Esta condición se cumpliría, según explica, con volúmenes de negociación superiores a los 1.000 millones de dólares reales. En su opinión, desde ahí, los 7.000 ‘billetes verdes’ se convertirían en el “objetivo inicial directo” a conquistar. Luego llegarían los 7.800 dólares.
Eso sí. Molina advierte de que habría que vigilar muy de cerca el soporte de los 5.800 dólares. Su pérdida supondría un nuevo episodio de castigo para el que muchos siguen señalando como ‘oro digital’.
Hambre de dólares
Mientras tanto, la Fed se sigue afanada en dar respuesta a la creciente demanda mundial de dólares. Una circunstancia que, según Axel Botte, estratega de Ostrum AM, una de las insignias del banco francés Natixis, es “el único refugio seguro en estos momentos”. La firma de divisas Monex Europe lo constata al señalar que sigue registrando una “alta demanda frente a sus pares del G10”.
El último golpe de efecto de Jerome Powell ha sido lanzar un programa de compra de bonos y cédulas hipotecarias sin límite de gasto ni de tiempo, una medida insólita en la historia de la Fed, pero antes había acordado medidas más directamente ligadas a responder a esta demanda global de ‘billetes verdes’.
En este punto, destacan especialmente las subastas extraordinarias diarias coordinadas con los otros cinco principales bancos centrales del mundo.