Los 'hedge funds' se lanzan a por "los pardillos" que invierten en criptodivisas
Los fondos de cobertura se lanzan al universo de los activos digitales ante el interés de los inversores.
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Cada vez son más los hedge funds que optan por entrar directamente en el mercado de las criptodivisas. Otros optan por crear vehículos específicos para invertir en estos activos digitales ante el creciente interés de los inversores, tanto institucionales como minoristas.
En otras palabras, Andrew Beer, fundador y director de Dynamic Beta, uno de los socios de iM Global Partner, explica esta práctica porque “el cripto parece estar atrayendo a toda una generación de pardillos”.
Una de las mayores críticas que reciben estos activos es la de que no tienen ningún valor. Así lo han afirmado grandes gurús de la inversión como Jamie Dimon o Warren Buffett, quien ha llegado a señalar que no pagaría ni 25 dólares por todos los bitcoins del mundo.
Diferentes instituciones mundiales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Central Europeo (BCE), así como nacionales, en el caso español el Banco de España o la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), alertan continuamente de los elevados riesgos que entrañan las criptodivisas.
Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo de la institución europea comparaba los activos digitales con una estafa piramidal al más puro estilo ‘esquema Ponzi’ en el que el capital aportado por los nuevos inversores sirve para proporcionar las rentabilidades de los más antiguos.
Crece la inversión institucional
A pesar de todas estas críticas, los inversores se ven atraídos cada vez más por estos activos al calor de las altas rentabilidades que otros obtuvieron antes. Los hedge funds también han visto la oportunidad.
Aunque no hay datos actualizados, según un informe de PwC, en 2020 los crypto hedge fuds casi duplicaron su patrimonio, al pasar de los 2.000 a los 3.800 millones de dólares (unos 3.500 millones de euros al cambio actual). En ese ejercicio, la rentabilidad obtenida por estos fondos de cobertura rozó el 130%.
La cifra de activos bajo gestión se queda obsoleta si se piensa en el éxito en rentabilidad y aceptación que vivieron las criptodivisas en 2021 tras el boom de la pandemia.
Según cifras de Coinbase recogidas por Reuters, los inversores institucionales negociaron en esta plataforma 1,14 billones de dólares durante el pasado ejercicio, lo que contrasta con los 120.000 millones de 2020.
Pero la obtención de rentabilidades se vuelve complicada para los gestores de estos fondos en un contexto en el que las monedas digitales sufren fuertes pérdidas. Como muestra, el bitcoin cede un 60% de su valor desde los máximos históricos registrados en noviembre de 2021 cerca de los 69.000 dólares.
En medio de una de las crisis más importantes en la historia de los criptoactivos, en la que también se ven involucradas las stablecoins, en Julius Baer consideran que “los acontecimientos actuales son, para los activos digitales, el equivalente a la burbuja de Internet del año 2000”.
Como la burbuja de las 'puntocom'
Sin embargo, no dan por muertas a las criptodivisas sino que, por el contrario, “deberíamos empezar a tomarlas en serio”. En el banco suizo coinciden con el bróker online Libertex que, como en la crisis de las puntocom, esperan una desaceleración de varios años en la inversión.
Pero sostienen que “cuando llegue la siguiente fase, y lo hará, el crecimiento será mucho más viable y duradero, ya que estará impulsado por los fundamentos adecuados y una base de usuarios leales”.
Cuántas criptodivisas tener en cartera
Por ello, Ric Edelman, fundador del Consejo de Activos Digitales de Profesionales Financieros (DACFP, por sus siglas en inglés), recomienda que el horizonte temporal de las inversiones en criptoactivos sea el largo plazo.
El mismo experto considera que los activos digitales deberían suponer entre un 1% y un 2% de una cartera de inversión bien construida, según recoge Morningstar.
La presencia de criptos iría en detrimento de la renta variable, con lo que el porcentaje de acciones se reduciría al 59% o al 58% en la clásica cartera 60/40, la primera asignación referida a la bolsa y la segunda, a la renta fija.