El martes, los miembros del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes escucharon el testimonio de varios testigos de la caída de la plataforma de cripto trading en una sesión con un título más propio de súper producción de Hollywood que de una investigación del Parlamento: "Investigando el colapso de FTX, Parte I".
El primero en testificar fue el nuevo director ejecutivo de FTX, John J. Ray III, quien afirmó que Bankman-Fried ha estado haciendo "declaraciones públicas erráticas y engañosas" sobre FTX desde que salió de la compañía. Ray aseguró que FTX se encuentra en un lío "sin precedentes" y que nunca había "visto una falla tan completa de los controles corporativos y una ausencia tan completa de información financiera en la que se pueda confiar".
El mismo martes, los fiscales federales dieron a conocer los ocho cargos de los que acusan al ex director ejecutivo de FTX. Desde fraude electrónico a malversación de fondos de clientes (la pérdida estimada es de 8.000 millones de dólares). La acusación se centra en el hecho de que los activos de FTX Trading Ltd. se mezclaban de forma rutinaria con los de otra empresa propiedad de Bankman-Friedman, Alameda Research LLC, que utilizaba los fondos de los clientes para su uso personal.
“Esto es realmente un desfalco anticuado”, dijo John Ray III, quien asumió como director ejecutivo el día que la compañía se declaró en bancarrota el 11 de noviembre. “Esto es simplemente tomar dinero de los clientes y usarlo para su propio propósito”.
El testimonio de Ray ha puesto sobre aviso a la comunidad financiera, que no se ha tomado a la ligera los comentarios del nuevo CEO de FTX, un veterano con 40 años de experiencia en reestructuraciones corporativas que supervisó el proceso de quiebra de Enron.
Después de un toma y daca en Twitter con Maxine Waters, la presidenta del comité del Congreso encargado de la investigación, Bankman-Fried dijo que participaría en las audiencias programadas para esta semana. Algo que parece poco probable después de que fuera arrestado por el FBI en Bahamas el lunes y de ser objeto de una acusación por parte de la SEC pocas horas después. Anteriormente, Bankman-Fried advirtió que no tiene acceso a gran parte de su información personal o profesional, por lo que duda de “cómo podía serle útil al comité”.
¿Crónica de una muerte anunciada?
Uno de los puntos clave discutidos por los miembros del Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes en la sesión del martes fue la secuencia de acontecimientos, así como los tiempos en los que se fraguó el descalabro de FTX.
La respuesta a la pregunta sobre cuándo supo Bankman-Fried que su empresa estaba en problemas podría ser clave para determinar si FTX podría haberse salvado, si Bankman-Fried estaba realmente sorprendida por su colapso o si el equipo directivo podría haber hecho algo para anticipar el colapso del negocio.
FTX, una de las mayores plataformas de intercambio de cripto divisas y activos digitales del mundo, se vino abajo en noviembre después de que las noticias sobre la mala salud financiera de la empresa hiciera cundir el pánico entre sus millones de usuarios. Durante tres días, los clientes de FTX intentaron retirar miles de millones de dólares de sus cuentas, retenidos por la compañía. No obstante, FTX carecía de los fondos suficientes para satisfacer esos pagos.
De hecho, tal y como reconoció Bankman-Fried en declaraciones posteriores a la quiebra de su empresa, no sólo perdió la cuenta de cuánto debía a sus clientes y socios, sino que además sobreestimó cuánto dinero tenía para respaldar los fondos de los usuarios de FTX.
Los ´pecados´ del otrora niño bonito del blockchain no se quedan ahí. Bankman-Fried usó el dinero de los clientes de FTX para financiar las operaciones de alto riesgo de su firma de inversión, Alameda Research, algo que se negaba de forma explícita en los términos de servicios de la malograda plataforma de cripto divisas.
FTX, “colapso Madoffesco”
Pero la del martes no será la última vez que los directivos – pasados y futuros – de FTX rinden cuentas ante los parlamentarios de EE.UU. Tras la sesión del martes, el Comité Bancario del Senado iniciará su propia investigación sobre cómo Bankman-Fried llevó a la ruina a una empresa que llegó a estar valorada en 32.000 millones de dólares.
“El colapso de FTX tiene el potencial de ser Madoffesco en cuanto al alcance y cantidad de dólares que se han perdido o malversado”, dijo en una reciente entrevista Mark A. Kornfeld, un abogado especializado en derecho financiero y de inversiones de Buchanan Ingersoll & Rooney.
Hasta el momento, el esquema Ponzi de 64.800 millones de dólares perpetrado por Bernard Madoff, ostenta un lugar destacado en la Historia de crímenes financieros.
Binance podría ser el siguiente
Mientras el nuevo CEO de FTX testificaba ante a la comisión especial del Congreso, su principal competidor, Binance, anunciaba que había "pausado temporalmente" las retiradas de USDC - una de las llamadas ´criptomoneda estable´ vinculada al dólar estadounidense en un ratio de 1:1.
Fue el propio consejero delegado de Binance, Changpeng Zhao, quien tuiteó el martes sobre lo que estaba pasando. Según Zhao, la plataforma de intercambio de cripto divisas que dirige “está experimentando un aumento en las retiradas de USCD” y ha decidido suspender esa opción mientras realiza un "intercambio de tokens" (lo que permite cambiar una criptomoneda por otra sin necesidad de moneda fiduciaria).
Fuentes cercanas a la empresa apuntan que ese ´pico´ en operaciones para sacar los USDC de Binance podría indicar un posible éxodo de clientes a otras plataformas de intercambio de divisas digitales. Algo que no resultaría extraño dadas las preocupaciones de los inversores sobre la estabilidad de Binance tras el colapso de FTX. Además, los rumores sobre una posible investigación criminal del gobierno estadounidense sobre el negocio de Binance suenan cada vez con más fuerza.
Cabe recordar que el mes pasado, Binance pactó comprar FTX, aunque retiró su oferta un día después de obtener acceso a los libros de la empresa fundada por Bankman-Fried. El anuncio de bancarrota llegó poco después. El colapso de FTX, que ha impactado a toda la criptoindustria, podría afectar a más de un millón de acreedores.