Morgan Stanley prevé que la libra alcance la paridad con el euro un año después de activar el Brexit
La fortaleza de la libra esterlina en el mercado de divisas podría llegar pronto a su fin. Los analistas de Morgan Stanley consideran que, para el próximo marzo, cuando se cumpla un año de la activación del Brexit, la moneda británica valdrá únicamente un euro.
Esta previsión se suma a una reciente oleada de informes que vaticinan un vertical camino bajista para la libra de cara a los próximos meses, conforme se vaya materializando la ruptura entre Londres y Bruselas y comiencen a percibirse los primeros efectos de la separación en la economía británica. Todo ello después de que la divisa se haya precipitado a su cota de cambio más baja frente al dólar estadounidense en casi tres años.
La caída frente al euro ha consumado ya sus tasas más bajas de los últimos 10 meses, los que cuentan desde los cruces más pesimistas después de la celebración del referéndum de ruptura en junio del año pasado. Hasta aquí ha descendido la moneda británica una vez que se ha conocido que los ánimos en torno a una subida de tipos se han enfriado sobremanera en el Banco de Inglaterra, a consecuencia precisamente de los primeros datos macro que dan muestras del impacto del adiós al club continental.
Desde los mostradores de ING, entidad que también ha lanzado sus más bajistas previsiones sobre la libra en las últimas semanas, consideran que ninguno de los datos macroeconómicos que verán la luz en los próximos días podrán frenar la sangría de la esterlina. Y se trata de magnitudes clave como la inflación, empleo y ventas minoristas.
Desde que las urnas decretaron la ruptura con la Unión Europea, se había producido la paridad e incluso la preferencia por el euro en algunos establecimientos de cambio al por menor, pero nunca en el mercado mayorista de divisas.
En este sentido, de alcanzarse esta cota el marzo que viene, se daría paso a un escenario del todo imprevisible hace poco más de un año, cuando por cada libra se conseguían 1,31 euros y los sondeos apuntaban hacia la permanencia británica en el grupo comunitario.