El notable recorte que la Comisión Europea ha aplicado a sus previsiones económicas de 2019 no pasa desapercibido en el mercado de divisas. Bruselas, que en otoño esperaba un crecimiento del 1,9% en la Eurozona para este año, cree que el ritmo para este ejercicio se moderará al 1,3%.
Como consecuencia, el euro insiste en su depreciación contra el dólar. Se deja otro 0,3% y baja hasta los 1,133 dólares. Se trata de cuarta sesión bajista consecutiva contra el 'billete verde'.
Los pronósticos de la Comisión, que se suman a los de otros organismos, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que apuntan en la misma dirección, afianzan la impresión de que el crecimiento europeo se está desacelerando a un ritmo mayor al previsto. Y esta sensación es interpretada por el mercado como un obstáculo para la hoja de ruta del Banco Central Europeo (BCE), que contemplaba subir los tipos de interés en septiembre u octubre.
Su presidente, Mario Draghi, reclamó en enero más tiempo para analizar mejor si la desaceleración es pasajera o permanente y mantuvo sobre la mesa la posibilidad de elevar los tipos, aunque seguirán sin cambios "hasta al menos durante el verano de 2019", pero el mercado cada vez encuentra esta posibilidad más remota. En este sentido, la próxima reunión de política monetaria del BCE, que tendrá lugar el 7 de marzo, se antoja clave porque la entidad anunciará sus nuevas previsiones económicas.