El rublo se vuelve contra Putin: la fortaleza de la divisa pone en aprietos a la economía rusa
La moneda ha alcanzado máximos de 2015 frente al dólar. Las autoridades del país ya han tomado cartas en el asunto.
El rublo ruso ha sufrido una gran volatilidad este 2022. La divisa ha pasado de hundirse bruscamente a mínimos históricos tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania a convertirse en la moneda con mejor desempeño del mundo frente al dólar estadounidense.
Solo en el momento en el que las tropas rusas cruzaron la frontera ucraniana, el rublo cayó a lo que en ese momento eran sus mínimos históricos. El 24 de febrero, el cambio se situó en los 90 rublos por dólar.
Pero la divisa rusa continuó desplomándose en los días posteriores. El golpe de gracia se lo dieron los países occidentales. Antes de que terminase febrero, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) anunciaron las primeras sanciones a Rusia.
Entre las medidas se incluían la exclusión de los bancos rusos del sistema interbancario SWIFT, además del bloqueo de los activos del Banco Central de Rusia. Tras este primer paquete de medidas vinieron más sanciones, como el veto a la importación de petróleo ruso por vía marítima.
El 7 de marzo el rublo marcó mínimos históricos. Llegaron a hacer falta más de 158 rublos para obtener un dólar. Con el fin de evitar el desplome de su divisa y hacer frente a las restricciones impuestas, las instituciones rusas, encabezadas por Vladimir Putin, comenzaron a tomar medidas.
La primera de ellas la llevó a cabo el Banco Central de Rusia. Elevó los tipos de interés hasta el 20% con el fin de revalorizar su moneda. Las autoridades del país también intentaron crear una demanda artificial de rublos.
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Para ello, obligaron a las empresas exportadoras rusas a vender el 80% de sus divisas extranjeras y comprar rublos, haciendo aumentar su valor. Por si todo ello no surtía efecto, a finales de marzo, el Ejecutivo ruso exigió que la compra de gas se pagase en rublos.
Este conjunto de medidas, junto con el fuerte aumento de los precios del gas y el petróleo -de los que Rusia es uno de los principales exportadores del mundo-, logró revertir la situación.
Apreciación
A primeros de abril, la divisa rusa ya había recuperado todo lo perdido a consecuencia de la guerra de Ucrania. Pero la recuperación no terminó ahí. La apreciación del rublo frente al dólar ha alcanzado el 55% en el primer semestre de 2022. El cambio se ha situado por debajo de los 54 dólares por primera vez desde 2015.
Las autoridades rusas han comenzado a tomar cartas en el asunto para evitar que la fortaleza del rublo se vuelva en contra de Putin. El Banco Central de Rusia ha tenido que bajar los tipos de interés en cuatro ocasiones. En tres de ellas el recorte ha sido de 300 puntos básicos. En la última, de 150.
Con estos descensos, la institución ha devuelto el precio del dinero al 9,5%, niveles previos al inicio de la guerra. No descarta nuevos recortes en el futuro.
El gobierno ruso también ha relajado algunos de los controles al capital. “Ahora, las empresas orientadas a la exportación pueden transferir divisas al extranjero bajo ciertas condiciones, con el fin de ayudar a pagar las importaciones, además de amortiguar la subida del rublo”, explica Itsaso Apezteguia, analista de mercado de Ebury.
Problema
La experta apunta que “el rublo se ha apreciado tanto que ahora el objetivo del Ejecutivo ruso es completamente diferente: quiere que el rublo caiga a unos niveles razonables”. A la espera de más medidas para intentar devaluar su moneda, la fortaleza del rublo ha generado divisiones entre las autoridades del país.
Recientemente, el número dos del gobierno de Rusia, Andréi Beloúsov, afirmó que en el Ejecutivo existe la opinión más o menos consensuada de que la paridad óptima se encuentra en la horquilla de entre 70 y 80 rublos por dólar, a la que en su opinión habría que volver "cuanto antes".
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Sin embargo, la gobernadora del Banco Central, Elvira Nabiúlina, se ha pronunciado en contra de influir artificialmente en la paridad del rublo frente a las principales divisas. Mientras tanto, el elevado valor de su moneda supone un problema para la economía del país, especialmente en lo que a competitividad de las exportaciones se refiere.
Según las últimas previsiones, el banco central euroasiático prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) de Rusia se contraerá entre el 8% y el 10% este año. Para 2023, espera, en el mejor de los casos, que la economía rusa se mantenga estable. En el peor de ellos, espera una caída del 3%.