Por primera vez desde hace 20 años, el euro ha alcanzado la paridad con el dólar de Estados Unidos. La divisa comunitaria ha perdido una parte importante de su valor ante los crecientes temores a que la eurozona entre en recesión arrastrada por las consecuencias de la guerra en Ucrania.
Este martes, tras la apertura de la sesión de las bolsas europeas, el descenso de la moneda única ha superado el 0,3%, suficiente para tocar la paridad con el dólar a las 11.47 horas. El lunes, la caída superó el 1,2%.
Con un cambio de uno a uno, la divisa comunitaria no cotizaba a un nivel tan bajo desde noviembre de 2002. A principios de ese mes, llegó a cambiarse a 0,992 ‘billetes verdes’.
El 'par' ha registrado notables fluctuaciones a lo largo de su historia. La moneda europea se estrenó el 4 de enero de 1999 en los mercados a un cambio de 1,16 dólares, que fue el valor fijado por los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea.
Prácticamente un año después, en enero del 2000, el euro perdió la paridad con el dólar por primera vez en su historia, al cotizar a 0,98 ‘billetes verdes’. En octubre de ese mismo año registró su mínimo histórico frente a la moneda estadounidense al situarse en 0,82 dólares.
Hasta julio de 2002 -siete meses después de la puesta en circulación de los billetes y monedas del euro- no logró recuperar la paridad.
Tras varios años de cambios, el euro alcanzó máximos históricos frente al dólar en julio de 2008. En plena crisis financiera estadounidense -y antes de que los problemas comenzasen a este lado del Atlántico- el euro llegó a cambiarse a 1,60 ‘billetes verdes’.
Caída
Desde entonces y hasta ahora, la divisa de la eurozona se había movido en un rango de entre 1,05 y 1,25 dólares. Aunque el euro se ha debilitado desde principios de año, ha sido ya en julio cuando se han acelerado los acontecimientos.
La pérdida de valor del euro se ha acelerado en las últimas sesiones. Algunos datos económicos conocidos -como los PMI de junio de la eurozona y sus principales economías- han venido a confirmar el enfriamiento de la economía del bloque en un contexto de crisis energética provocada por la guerra de Ucrania.
La situación en Estados Unidos es bastante distinta. El pasado viernes, el mercado laboral estadounidense volvió a mostrar su fortaleza y despejó el camino de la Reserva Federal (Fed).
El banco central de EEUU continuará con un mayor endurecimiento monetario “que una Europa en riesgo de recesión y afectada por la reducción de entrega de gas ruso”, puntualizan los analistas de Bankinter.
Inflación
Lo mismo destacan desde Renta 4. Esta casa de análisis indica que el informe de empleo estadounidense, “más sólido de lo esperado”, refuerza la idea de una subida de tipos de 75 puntos básicos en reunión que la institución celebrará el próximo 27 de julio.
Exactamente, la economía estadounidense creó 372.000 nuevos empleos en el sexto mes del año, por encima de los 268.000 previstos, mientras que la tasa de paro se mantuvo en el 3,6%. Además, la subida salarial, del 5,1% (también por encima de lo esperado) hace pensar que la inflación -vía efectos de segunda ronda- se mantendrá elevada durante más tiempo del inicialmente previsto.
El próximo miércoles el mercado saldrá de dudas. En ese momento verá la luz el índice de precios al consumo (IPC) de EEUU correspondiente al mes de junio. Las previsiones apuntan a que la inflación estadounidense alcanzará el 8,8% en tasa interanual, dos décimas por encima del dato de mayo.
El dato podría reforzar aún más el desacoplamiento de las políticas monetarias de la Fed y del Banco Central Europeo (BCE). El retraso de la institución europea frente a otros grandes bancos centrales ha sido uno de los factores que más ha pesado sobre la divisa comunitaria.
La institución que preside Christine Lagarde va retrasada respecto al banco central estadounidense o al Banco de Inglaterra, que han elevado sus tipos de interés en varias ocasiones para luchar contra la inflación.
Según las actas de la reunión, que fueron publicadas este jueves, el BCE acordó en su cita de política monetaria del 8 y 9 de junio anunciar una subida en julio de 25 puntos básicos de los tipos de interés.
Materias primas
La principal consecuencia de la pérdida de fortaleza del euro frente al dólar, pero también frente a otras divisas, es el encarecimiento de productos procedentes de países que no forman parte de la unión monetaria.
Entre ellos se encuentran las materias primas. El repunte de sus precios es el epicentro de la escalada de la inflación. "Un dólar más fuerte añade una presión adicional a la inflación, ya que los países de la eurozona compran el petróleo y otras materias primas en dólares", explican los expertos de Ebury.
La debilidad del euro se agrava en un contexto de crisis energética para Europa tras las fuertes subidas que registran los precios del gas y el petróleo desde que comenzó la guerra en Ucrania. A ello se suma el miedo a que Rusia termine por cortar el suministro energético al continente.
Más aún después de que desde este lunes y hasta el próximo día 21 el suministro de gas a Alemania a través del gasoducto Nord Stream estará suspendido por "mantenimiento".
Aunque el Kremlin ha rechazado cualquier insinuación sobre el uso por parte de Rusia del petróleo y el gas como un arma de presión política, Europa teme que el suministro no se restablezca.