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"Se eliminarán los impuestos de exportación de productos como el acero y del dióxido de cloro, mientras que el de otras materias primas como el de la apatita, el alquitrán de hulla o el las astillas de madera se reducirán", sostiene el Ejecutivo en un comunicado.

Esta decisión tomada por el mayor productor de acero del mundo, con la que podría estar buscando acabar con el exceso de capacidad del sector, puede suscitar preocupaciones entre sus competidores como Estados Unidos o Europa, debido a la presión que ejerce sobre los precios.

Al mismo tiempo, con el objetivo de fomentar la importación de equipos avanzados, componentes de maquinaria o materiales para la conversión de energía, los impuestos a la importación de telares de Jacquard o Dobby, materiales para la construcción de baterías, productos de medicina avanzada o del sustrato de fibra de coco se verán reducidos.

El gigante asiático ya ha acometido en varias ocasiones reducciones de impuestos de importación y exportación de diferentes productos. El pasado mes de noviembre anunció la reducción de los aranceles a las importaciones de 187 bienes de consumo, que van desde alimentos, ropa o bebidas, como parte de sus esfuerzos para minimizar los costes y ayudar así a estimular el gasto de los consumidores en el país.

Esta medida entró en vigor el pasado 1 de diciembre y supone un recorte de los aranceles desde el 17,3% de media hasta el 7,7%, mientras que en algunos productos, como la leche en polvo para bebés o los pañales, se eliminarán. "Esta decisión dará mayores opciones a los consumidores a nivel nacional y ayudarán a mejorar el sistema de suministro doméstico", aseguró el departamento.

China inició la reducción de aranceles en 2015 ante el aumento de las importaciones de bienes de consumo para satisfacer la demanda de los consumidores, con el objetivo de "diversificar" la oferta en el país y ante las quejas por las barreras comerciales existentes que limitan la venta de productos extranjeros.