El caos reina sobre la cotización del petróleo. El West Texas Intemediate (WTI), el de referencia en EEUU, entra por primera vez en su historia en terreno negativo al desplomarse un insólito 319% hasta un insólito registro de -40,32 dólares por barril. El desplome ha ido a más conforme avanzaba la sesión americana a consecuencia de unos depósitos cada vez más llenos y a un cambio de referencia en el mercado de futuros que ha empujado a rápidos movimientos a muchos inversores.
La volatilidad desatada y el caos inversor ha sido tal que se ha producido lo que en jerga financiera se conoce como ‘contango’. Y a una escala desconocida hasta la fecha. El precio del futuro sobre un barril de petróleo Texas para su entrega física en mayo es evidentemente inferior al que marcan los de vencimiento en junio. Una situación del todo atípica en el mercado de futuros sobre materias primas, que tiende a premiar la cercanía de la entrega del activo sobre el que se ha invertido.
Este lunes, los futuros sobre el WTI que vencen mañana martes -es su último día de cotización- y son para la entrega de barriles en mayo han llegado a marcar -40,32 dólares en el mercado de derivados de CME en Chicago. En el segmento de mercado específico de la Bolsa de Nueva York el descalabro se ha quedado en los -37,63 dólares. Este insólito descalabro, además de ir mucho más allá de los mínimos de 8 dólares por barril alcanzados en la Guerra del Yom Kippur de 1973, ha supuesto su mayor descalabro histórico en una sola sesión.
Mientras tanto, el futuro del WTI para entrega en junio se mueve ligeramente por debajo de los 22 dólares por barril, lo que implica un descuento de nada menos que del 287% para los que quedarán liquidados en apenas unas horas este martes.
La proximidad de este vencimiento ha sido precisamente una de las causas de este polvorín de precios, según explican varios brókeres. En este sentido, se han producido ciertos cuellos de botella porque la mayor parte de los inversores en estos futuros no tienen la intención de liquidarlos en un mercado en el que hay sobreoferta y escasez de almacenamiento por la escasísima demanda de las últimas semanas.
Por todo esto, muchos han desplazado sus posiciones hasta el contrato de vencimiento el mes que viene, para entrega en junio. Una estrategia que que se conoce como 'rollover'. Sin embargo, este mismo desplazamiento automático de muchas posiciones ha pillado desprevenidos a un nutrido grupo inversores, que se han encontrado en sus carteras con unos futuros sobre el barril de petróleo virtualmente más caros que ayer.
A esta percepción ha contribuido el hecho de que varios de los brókeres de derivados más conocidos en el mercado han adelantado ya a este lunes el 'rollover', de manera que en sus pantallas ya ni siquiera ofrecían las cotizaciones del antiguo con vencimiento este martes. La reacción de muchos inversores ha sido vender y asegurar el pequeño rebote virtual. Una razón que también explica por qué caen más de un 10% estos futuros para entrega en junio.
"Nadie quiere recibir barriles"
El analista técnico de Invertia, Eduardo Bolinches, explica que estos futuros del petróleo son entregables, lo que quiere decir que "si te lo llevas a vencimiento, vas a tener que ir a por los 1.000 barriles que te van a dar; por eso, para organizar esta entrega de producto físico, dejan de cotizar un mes antes".
Y dice más: "Ese es el problema, que nadie quiere recibir barriles en el mes de mayo", insiste en su análisis sobre el caos creado en el mercado. Y es que la situación de cierre económico provocada por el coronavirus en medio mundo ha vuelto más negras que nunca las previsiones sobre demanda de crudo a escala global hasta dejar su valoración más inmediata a terreno negativo: los productores pagando por colocar una producción que en este momento puntual no encuentra salida.
"Quizá para cuando los futuros de junio venzan el mes que viene habrá más visibilidad sobre el fin de la epidemia y se inviertan las tornas", señala un bróker especializado en materias primas. Pero el precedente de este lunes es una advertencia en toda regla.
De momento, lo que está encima de la mesa es que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que este 2020 sea "el peor año en la historia del mercado petrolero" con una bajada en promedio de 9,3 millones de barriles al día (mbd). Una cifra que, de confirmarse, supondría borrar prácticamente todo el crecimiento registrado en la última década.
Y no solo eso, sino que esta merma supondría dejar en nada el recorte de bombeo pactado por los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios (OPEP+). Una contracción que ya, desde el principio, los analistas valoraban como escaso.
"Los inversores no confían en que la demanda se vaya a recuperar desde el 20% de caída que ya marca el consumo global de petróleo", explica Joaquín Robles, analista de XTB. El experto concuerda en que ante este panorama, "lo que interesa es quitarse de encima lo físico y mantenerse en futuros a más largo vencimiento". En este sentido, ya apunta que quizá un 'rollover' hasta junio no sea suficiente, porque las perspectivas sobre el fin de la pandemia no están muy claras en el calendario.
Brecha con el Brent europeo
Por lo que se refiere al tremendo impacto en el barril WTI frente a la normalidad que con que se dieron los vencimientos sobre el Brent, el de referencia en Europa, Robles apunta dos desencadenantes. El primero, la certeza de que los depósitos de Cushing (Oklahoma), uno de los lugares clave de almacenaje de reservas en EEUU, están muy cerca del tope de su capacidad, con lo que pronto podrían tener que abrir el grifo a precios más bajos de lo que marcan los mercados de futuros para evitar un mayor coste de almacenamiento.
Los tanques de este enclave, señala el experto, ya están llenos por el equivalente a 56 millones de barriles, cuando la capacidad total tan solo alcanza los 76 millones. Es decir, están colmados en un 74%.
En segundo lugar, aunque no menos importante, Robles señala el colapso que estos precios suponen para la industria estadounidense del petróleo, donde la mayoría de la producción llega por la vía del fracking, que según cálculos del sector necesita precios de entre 35 y 45 dólares por barril para asegurar la rentabilidad de su negocio.
Estas cotas mínimas se quedan ahora muy por encima de las que se veían en las últimas semanas -movimientos negativos de hoy aparte- y que apuntan a serias dificultades para el sector en EEUU. De hecho, las entregas de mayo supondrán un profundo agujero para muchas compañías que, de no poder recuperarse en junio, podrían entrar en la cuerda floja de la quiebra, según señalan varios analistas.