El acuerdo de Ucrania y Rusia para exportar cereales se amplía: el trigo cae un 22% desde que entró en vigor
Moscú había dejado la prórroga en el aire en respuesta a las barreras que existen todavía para los envíos agrícolas desde el país.
Nueva prórroga al pacto para transportar cereales ucranianos a través del mar Negro. Rusia y Ucrania llegaron este miércoles a un acuerdo para alargar dicho pacto dos meses más, justo un día antes de que expirase. Una alianza que durante este tiempo ha tenido su reflejo en los mercados: desde su entrada en vigor el precio del trigo ha caído un 22% y el del maíz, un 4,5%.
Ahora, el valor del trigo en el mercado de Chicago (el CME, por sus siglas en inglés) -el parqué de materias primas más importante del mundo- es de 6,35 dólares por bushel, una unidad de medida de capacidad para mercancía sólida equivalente a unos 14,5 kilos. El del maíz ronda los 5,6 dólares.
Tras el inicio de la guerra las exportaciones ucranianas habían quedado paralizadas, lo que provocó escasez de granos y fuertes incrementos de los precios en los mercados financieros. Nunca antes el trigo había sido tan caro como lo fue a principios de marzo de 2022, cuando llegó a superar los 13,6 dólares. El precio del maíz se disparó a niveles no vistos desde 2012.
Desde los máximos alcanzados pocas semanas después del inicio de la invasión rusa, el coste de los cereales ha descendido con fuerza. El trigo es ahora un 27,5% más barato que cuando comenzó el conflicto en Ucrania. Si se toma la misma fecha como referencia, el 24 de febrero de 2022, el coste del maíz se ha reducido un 17,5%.
Gran parte del abaratamiento del trigo ha tenido lugar desde la entrada en vigor, el 22 de julio de 2022, del pacto de exportación de grano por vía marítima. Entonces, Naciones Unidas y Turquía intermediaron para que, durante 120 días, buques cargados de cereales pudiesen partir de puertos ucranianos como los de Mykolaiv y Olvia.
Prórrogas
El Kremlin accedió a prorrogar el acuerdo otros 120 días el pasado noviembre, pero luego, en marzo, aceptó una ampliación de solo 60 días -hasta este 18 de mayo- a menos que se cumpliera una lista de exigencias relativas a sus propias exportaciones agrícolas.
A pesar de que finalmente el acuerdo se ha extendido, Moscú había dejado en el aire la prórroga. Si bien las exportaciones rusas de alimentos y fertilizantes no están sujetas a las sanciones occidentales impuestas tras la invasión de Ucrania, Rusia afirma que las restricciones en los pagos, la logística y los seguros han supuesto una barrera para los envíos agrícolas del país.
Por ello, el Kremlin demandaba la reconexión del banco agrícola Rosseljozbank al sistema de comunicaciones financieras SWIFT y la reanudación de los suministros de maquinaria agrícola, así como de repuestos y servicios para ella. Además, pedía la eliminación de restricciones en materias de seguro y libre acceso a los puertos.
El Gobierno ruso reclamaba también la puesta en funcionamiento del amonioducto Togliatti-Odesa, paralizado desde el comienzo de la campaña militar rusa en Ucrania. De la misma forma, solicitaba desbloqueo de las cuentas y los activos en el extranjero de las compañías rusas vinculadas con la producción y el transporte de alimentos y fertilizantes.
A pesar de todas estas reclamaciones, y pocas horas antes de que el acuerdo expirase, el Gobierno de Putin aceptó el miércoles dilatar el pacto, al considerar que "es una oportunidad para ayudar a garantizar la seguridad alimentaria mundial, no con palabras, sino con hechos".
Lo cierto es que en el marco de este acuerdo del mar Negro se han exportado desde Ucrania unos 30,3 millones de toneladas de cereales y productos alimenticios, incluidas 625.000 toneladas en buques del Programa Mundial de Alimentos para operaciones de ayuda en Afganistán, Etiopía, Kenia, Somalia y Yemen, según datos de Reuters.