La incertidumbre asalta los mercados de materias primas. Si los precios del petróleo subían más de un 3% este lunes, a consecuencia del conflicto en Israel, el del gas repuntaba más de un 12%, en este caso debido a una posible fuga en un gasoducto del mar Báltico.
Exactamente, el gas TTF con entrega en noviembre, el de referencia en Europa, sumaba un 12,13%, hasta alcanzar los 42,83 euros por megavatio hora (Mwh). El descenso tenía lugar tras conocerse la caída de presión se ha detectado en un tramo del tubo que conecta Filandia y Estonia, tal y como ha publicado Reuters citando a fuentes de los operadores de los sistemas gasistas finlandés y estonio.
Con este repunte, el precio del gas natural europeo ha marcado máximos no vistos desde mediados de junio. A pesar de ello, sigue siendo casi un 44% más barato en enero de este año, cuando superaba los 70 euros.
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El enlace del Balticconnector se cerró a primera hora del domingo ante la preocupación de que se estuviera produciendo una fuga de gas por un agujero en el gasoducto de 77 kilómetros. Y según el operador finlandés, la reparación podría llevar meses o más si se confirma la fuga.
Elering dijo que no se preveía escasez de gas en la región báltica aunque el gasoducto permaneciera inoperativo durante todo el invierno, ya que el suministro seguía estando disponible en el almacenamiento de Letonia y en la terminal de importación de GNL de Lituania.
El gasoducto entre Inkoo (Finlandia) y Paldiski (Estonia) atraviesa el golfo de Finlandia, un brazo del mar Báltico que se extiende hacia el este hasta aguas rusas y desemboca en el puerto de San Petersburgo. El tubo se abrió en diciembre de 2019 para ayudar a integrar los mercados de gas en la región, dando a Finlandia y a las naciones bálticas de Estonia, Letonia y Lituania más flexibilidad de suministro.
Cabe recordar que en 2022, los grandes gasoductos Nord Stream, que atraviesan el mar Báltico entre Rusia y Alemania, resultaron dañados por explosiones que, según las autoridades, fueron actos deliberados de sabotaje. Entonces, el precio del gas superó los 207 euros por megavatio. La caída desde entonces es del 79%.