Bank of America ha lanzado la voz de alarma. El banco estadounidense ha advertido este jueves de que el precio del petróleo podría alcanzar los 250 dólares por barril si los envíos a través del estrecho de Ormuz -enclave geopolítico y comercial estratégico- se paralizan en el contexto del conflicto en Gaza.

Se trata de un paso clave para el tránsito de los combustibles. No en vano, del tránsito por el estrecho de Ormuz depende alrededor de un 20% del abastecimiento mundial de petróleo. Unos 14 superpetroleros atraviesan sus aguas cada día en promedio.

Situado entre el golfo de Omán, localizado al sudeste, y el golfo Pérsico, al sudoeste, este estrecho conecta a los productores de petróleo de Medio Oriente con mercados clave como Asia, América o Europa. En su parte más angosta sólo 33 kilómetros separan la costa norte, que es territorio iraní, de la sur, que pertenece a Omán.

[El precio del petróleo, pendiente de los movimientos de Irán en el estrecho de Ormuz tras el ataque a Israel]

Y “si los envíos a través de Ormuz, un punto donde pasa para casi el 20% del petróleo y gas natural licuado del mundo, se cerraran por un período significativo, el petróleo podría dispararse por encima de los 250 dólares por barril y el gas natural los 50 dólares por MMBtu.

De cumplirse este escenario, los precios del petróleo subirían un 190% desde los niveles actuales. El Brent, el crudo de referencia en Europa, cotiza ligeramente por debajo de los 87 dólares por barril, mientras que el West Texas estadounidense ronda los 82,7 dólares.

Asimismo, superaría con creces los 140,73 dólares que el petróleo Brent alcanzó el 3 de julio de 2008 y que, por ahora, son sus máximos históricos.

A pesar de que el crudo repuntó con fuerza tras el inicio del conflicto en la Franja de Gaza -subió un 7,5% la semana siguiente a los atentados de Hamás-, octubre se saldó con un descenso del 10,8%, en la medida en la que las tensiones han permanecido relativamente contenidas y tras haberse anotado importantes avances los cuatro meses anteriores.

En lo que va de año, la subida del Brent se limita al 1,3%; mientras que la del West Texas suma un 2,6%.