
Los lingotes de oro se apilan en la sala de cajas de seguridad de la firma Pro Aurum en Múnich, Alemania. Reuters
El oro pulveriza máximos históricos por el miedo a una guerra comercial y acaricia el 'objetivo' de los 3.000 dólares
Los analistas de Citi esperan que el metal precioso alcance dicho precio en tres meses. Supone una subida adicional del 4%.
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La posibilidad de que los bancos centrales reduzcan los tipos de interés menos de lo esperado, la demanda de los bancos centrales y los riesgos macroeconómicos y geopolíticos han llevado al oro a alcanzar nuevos máximos históricos. El último catalizador, el miedo a una guerra comercial, acerca al metal precioso al objetivo marcado por los analistas: los 3.000 dólares por onza.
La sesión del miércoles fue la última en la que el oro revalidó sus máximos históricos, situados en torno a los 2.900 dólares. El último empujón lo dieron las palabras del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien afirmó que su país "se hará cargo" de la Franja de Gaza para crear allí la Riviera de Oriente Medio.
A ello se suma la imposición mutua de aranceles entre Estados Unidos y China. En solo tres días —las sesiones del lunes, martes y miércoles—, el oro se revalorizó casi un 3%, antes de corregir ligeramente en la jornada del jueves. El repunte anual es del 9,6%.
La subida se suma a la revalorización del 27% registrada en 2024, una rentabilidad superada solo por la del Nasdaq (que fue del 28,6%), y la subida del 12% en 2023. Este puede ser, por tanto, el tercer año consecutivo de ascensos. El rally se sustenta en varios factores: las compras de los bancos centrales, la incertidumbre geopolítica y la política monetaria.
"Países como China, India y Turquía han aumentado sus reservas de oro para diversificar activos en detrimento del dólar estadounidense, señalan desde Plenisfer Investments.
Según los datos del Consejo Mundial del Oro, los bancos centrales continuaron acumulando oro "a un ritmo vertiginoso" en 2024. Las compras superaron las 1.000 toneladas por tercer año consecutivo, acelerándose bruscamente en el cuarto trimestre, cuando se registraron 333 toneladas.
El otro factor que ha impulsado el precio del metal precioso son los últimos acontecimientos geopolíticos. De hecho, la cotización del oro resurgió con fuerza debido al regreso del conflicto palestino-israelí a primer plano. Desde el pasado 7 de octubre de 2023, día del ataque de la milicia islamista Hamás sobre territorio israelí, el metal acumula una revalorización del 42,6%.
Sin embargo, tal y como consideran en Plenisfer Investments, "no sólo los conflictos en Ucrania y Oriente Medio mueven a los inversores hacia un valor refugio como el oro, sino también las incertidumbres que rodean a las futuras políticas de Trump".
La victoria del republicano en las elecciones del pasado noviembre "proporcionó uno de los escenarios más favorables para el oro, ya que aumentó la incertidumbre geopolítica, agravada por las expectativas de un mayor crecimiento del gasto fiscal en Estados Unidos", según la misma firma.
La tercera variable que ha impulsado el precio del oro es la política monetaria, en particular, las subidas de los tipos de interés que los principales bancos centrales del mundo llevaron a cabo entre 2022 y 2023.
"Durante la fase de subida de los tipos de interés, el oro representó la cobertura definitiva contra la inflación que combatían las políticas monetarias", indican también desde Plenisfer Investments. En la fase actual de bajadas de tipos, "sigue ofreciendo una alternativa a otras clases de activos, aunque la relación coste-beneficio de mantener oro haya aumentado".
Demanda récord
Las compras de los bancos centrales y el apetito de los inversores han hecho que la demanda de oro alcanzara un nuevo récord en 2024.
Las cifras ofrecidas por el Consejo Mundial del Oro así lo reflejan: la demanda creció un 1% el pasado ejercicio, hasta alcanzar las 4.974 toneladas. La cifra equivale a unos 382.000 millones de dólares y supone un máximo histórico.
Los fondos cotizados de oro —los conocidos como ETF, por sus siglas en inglés— tuvieron un impacto considerable. El 2024 fue el primer año desde 2020 en el que las tenencias se mantuvieron esencialmente sin cambios, en contraste con las fuertes salidas de los tres años anteriores.
La demanda de barras y monedas se mantuvo relativamente estable, al suponer 1.186 toneladas, mientras que la relacionada con la tecnología creció un 7% el pasado ejercicio, hasta las 21 toneladas, impulsada en gran medida por el crecimiento continuo en la adopción de la inteligencia artificial (IA).
Los 3.000 dólares
El rally del metal precioso hace pensar a algunos analistas en la consecución de los 3.000 dólares por onza. Alcanzar dicho objetivo supondría una revalorización adicional del 4%.
Para José Manuel Marín Cebrián, economista y asesor financiero de Fortuna SFP, "aunque el oro está en máximos históricos, se encamina triunfalmente hacia los 3.000 dólares por onza, ya que se dan las condiciones ideales para que los inversores más conservadores busquen refugio en él".
Bank of America pronosticó a finales del pasado junio que la cotización de la onza de oro escalaría hasta los 3.000 dólares en un plazo de 12 a 18 meses. Este jueves, fueron los expertos de Citi Research quienes elevaron sus previsiones para el metal.
Creen que en un plazo de tres meses alcanzará los 3.000 dólares por onza, frente a su previsión anterior de 2.800 dólares. Sostienen que el precio medio del oro en 2025 será de 2.900 dólares, 100 más que en su estimación anterior.
Las razones que han llevado a la entidad a revisar al alza sus previsiones son prácticamente las mismas que explican la subida del oro hasta ahora: una posible guerra comercial, los riesgos geopolíticos bajo la presidencia de Donald Trump y las fuertes compras de los bancos centrales.