Venezuela atraviesa una profunda crisis institucional que suma incertidumbres a la debilitada economía del país caribeño. Sin embargo, no es impedimento para que Jean-Jacques Durand, gestor del Edmond de Rothschild Fund Emerging Bonds, tenga en los bonos del país una de sus “principales convicciones”.
El gestor defiende que en su fondo la visión “es a largo plazo” y que “las convicciones no cambian de un mes a otro porque las posiciones están en cartera entre seis meses y dos años”. De esta manera, Durand asegura que “desarrollen por entero su potencial”. Con los mismos argumentos se decanta por bonos de Turquía, Ucrania y Argentina. Y tanto en divisa fuerte como en local.
De cara a este ejercicio, el experto señala que el índice de referencia de la deuda emergente “nunca ha cerrado dos años consecutivos negativos”, por lo que tras las caídas de 2018 debería darse un mejor comportamiento. En este punto, es tajante al señalar que la principal aportación de los bonos emergentes en una cartera es la rentabilidad, especialmente “en comparación con otra clase de activos”.