El miedo a los golpes de timón en los discursos de los grandes bancos centrales ha prevenido a muchos inversores de apostar con decisión por la renta fija. Sin embargo, los que lo hacen se decantan cada vez más por bonos de países emergentes y elevado riesgo crediticio. Esa es la preferencia de Kathy Collins, gestora de Aberdeen Standard Investments.
La experta explica que, “de forma general”, Aberdeen favorece bonos de compañías que proceden de países con rating ‘B’ y ‘BB’. Dos calificaciones que están dentro de la categoría ‘high yield’, en la que considera que hay “mucho riesgo” para EEUU mientras que no ocurre lo mismo en países emergentes como Argentina y Ucrania. En este sentido, aunque reconocen que existe un riesgo político asociado a estos papeles, consideran que su riesgo crediticio real puede ser muy bajo cuando “se trata de compañías con balances conservadores, bajo endeudamiento y que a menudo han demostrado mejor comportamiento que los soberanos de sus países”.
Con estos argumentos defiende que “siempre hay ‘high yield’” en el fondo de renta fija del que se ocupa, ya que considera que “hay muchos bonos corporativos con un precio indebidamente ajustado” en esta categoría.