El gran reto para los inversores en renta fija europea es escapar de los omnipresentes tipos al 0% que Mario Draghi ha confirmado que seguirán acompañando a la región, al menos, hasta finales de este año. Amundi ha encontrado en los bonos contingentes convertibles (CoCos, en la jerga financiera) un aliado de excepción para esquivar las raquíticas rentabilidades que vienen ofreciendo la mayoría de emisiones corporativas de calidad crediticia.

La mayor rentabilidad que ofrecen estos CoCos emitidos por la banca se conjuga en España con “la ausencia de preocupaciones en torno a los fundamentales del sector financiero”, según ha explicado Vincent Puente, especialista de inversión en renta fija europea de Amundi. En este sentido, ha subrayado que “aunque hay ruido de fondo de cara a las próximas elecciones generales, pronto se recuperarán”. Además, ha destacado que la expansión de la economía española se mantiene sólida frente al frenazo de otros mercados, lo que también aporta atractivo a otras emisiones de deuda celebradas en el país.

Por lo que se refiere a los CoCos, el mercado espera que el ritmo de emisión de ejercicios anteriores frene una vez que las entidades financieras han logrado reforzar su capital en línea con las exigencias que se les había marcado o que habían establecido en sus propias estrategias internas. Quepa recordar que un 7% de todos los bonos de esta clase emitidos en Europa en el año 2017 llevaban la marca de una entidad española. Recientemente, el Santander descartó recomprar una emisión por 1.500 millones de euros y BBVA colocó 1.000 millones con una demanda tres veces superior a esta cifra.

Con este telón de fondo, Puente aconseja una apuesta “constructivamente conservadora” que combine bonos de grado de inversión, emisiones colaterizadas (como las cédulas hipotecarias) y algunas emisiones soberanas con toques de alto rendimiento (los que antes se denominaban ‘bonos basura’ y emergentes para diversificar y conseguir un impulso extra para batir al mercado.

Eso sí, el experto de Amundi aconseja mantenerse lejos de colocaciones privadas fuera del mercado, productos estructurados y papeles de muy alto riesgo crediticio por mucho que estas sean parte del 10% del mercado europeo de renta fija que bate al resto de emisiones. La preferencia del gestor de Amundi está en bonos con calificación ‘BBB’, en donde concentra un 52% de la cartera del AF Bond Euro Aggregate.

FRANCIA MEJOR QUE ITALIA

Por encima de esta marca, algunos bonos con grado de inversión que considera “atractivos por fundamentales” en los que por negocio y caja fuerte no se vaya a ver afectada la capacidad de asistir a sus compromisos de pago pese a la ralentización de la economía. También, los bonos italianos, a los que desde la casa francesa prefieren prestar poca atención porque a pesar de que su rentabilidad es de las más elevadas de toda la Eurozona, “también lo son sus riesgos y, sobre todo, su volatilidad”, sentencia Puente.

En el lugar de los italianos, el experto prefiere apostar por papeles de Portugal, Holanda, Bélgica y Francia. Este último país ha sido el destino de “segunda opción” de muchas carteras a la búsqueda de refugio pero que no están dispuestas a asumir los tipos negativos que vienen marcando los ‘bunds’ alemanes de referencia.

Por lo que se refiere a la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) fije tramos para los tipos de su facilidad de depósito, de manera que se alivie la carga del -0,4% en el balance de las entidades europeas, el experto de Amundi se muestra cauto. En su opinión, no es momento de hacer apuestas en renta fija confiadas en esta eventualidad, pues “la fragmentación de la industria bancaria en Europa hace muy difícil la implementación de esta medida”.

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