Hablamos con frecuencia de la importancia de la planificación financiera de la jubilación. Y no es para menos: hay prácticamente unanimidad en el hecho de que las pensiones futuras no van a poder garantizar el nivel de ingresos de las pensiones actuales. A día de hoy España goza de una de las tasas de sustitución (relación entre el importe de la pensión y el último salario en activo) más altas de la OCDE, en niveles del 80%. La previsión es que a mediados de siglo, es decir, cuando se jubilen trabajadores que se están incorporando actualmente al mercado laboral, esa tasa se sitúe por debajo del 50%. Las previsiones menos optimistas la sitúan en niveles del 30%.
¿Qué quiere decir esto? Que la pensión pública perderá protagonismo y su hueco deberán cubrirlo obligatoriamente rentas procedentes del ahorro personal. Tendremos que llegar a la jubilación con los ¿deberes¿ financieros bien hechos para asegurarnos un retiro tranquilo.
Pero, ¿y después de la jubilación? Quizá se habla menos de la planificación financiera de la etapa que se abre una vez retirados, pero sin duda es necesario mantener la guardia en alto en cuanto a la organización de nuestras finanzas, por diferentes razones:
Los gastos en la jubilación, al contrario de lo que pueda parecer, no se reducen drásticamente
Es más, la tendencia es a mantener un nivel de gasto, sustituyendo unas partidas más relacionadas con la actividad laboral por otras más relacionadas con el ocio.
No vamos a estar exentos de imprevistos
Ayudar a nuestros hijos, hacer frente a gastos relacionados con la sanidad y los cuidados, derramas en la casa en la que vivimos, avería de un coche, etc. Es importante no solo tener un buen control de los gastos mensuales, sino también contar con un colchón financiero de seguridad para poder hacer frente a acontecimientos imprevistos sin pasar agobios.
Darnos algún capricho
En la jubilación disponemos de mucho más tiempo para realizar planes que hayamos dejado aparcados o planes que sencillamente se nos antojan de repente. ¿Por qué no vamos a permitirnos un lujo? Una buena planificación financiera nos permitirá plantarnos en un aeropuerto de forma improvisada y lanzarnos a la aventura.
Riesgo de longevidad
Cada vez vivimos más años. Esto es sin duda una buena noticia, pero tiene importantes implicaciones en la planificación financiera. ¿Vamos a tener que administrar el ahorro durante 15 años? ¿Durante 20 años? ¿Quizá durante 25 años si se cumplen las previsiones de esperanza de vida a unas pocas décadas vista? El riesgo de longevidad se refiere al riesgo de sobrevivir al ahorro acumulado. Y supone enfrentarse a una situación de vulnerabilidad financiera en un momento de la vida en el que no vamos a poder generar nuevas rentas.
Es esencial por tanto administrar bien el ahorro durante la jubilación y no olvidar una práctica que también aplica a lo largo de la etapa en activo: tratar de tener en todo momento un nivel de vida un pequeño peldaño por debajo de nuestras posibilidades reales. Precaución presente que puede asegurar un futuro tranquilo.
Información facilitada por Mi Jubilación de Futuro