Ha sucedido: el papel moneda, el dinero de toda la vida, ha muerto y parece que no somos conscientes de ello. Ha sido la irrupción de los pagos con el Smartphone lo que ha dado la puntilla definitiva.
Siempre pensamos que estas revoluciones surgirán de una forma brusca, y cuando suceden resulta que no nos damos cuenta. Hace ya décadas que empleamos las tarjetas de crédito y débito en nuestras compras diarias, pero ahora que podemos pagar con nuestro móvil, es cuando hemos sentenciado al pago en efectivo. Así lo confirman las estadísticas del Banco de España sobre los sistemas de pago más utilizados.
Al igual a lo ocurrido en los últimos años con la desaparición de las cabinas telefónicas, este fenómeno ha provocado otra ¿víctima colateral¿: la rápida disminución en el número de cajeros automáticos. Si ya no usamos el papel moneda, ¿para qué vamos a necesitar un cajero?.
Mi ego de ¿early adopter¿ se vino abajo cuando hice mi primer pago en el supermercado con el teléfono móvil. Esperaba una mirada de incredulidad y estupefacción por parte de la cajera cuando acerqué mi terminal con NFC al datáfono, pero al único al que le aumentaron las pulsaciones fue a mí. Lo que para mí era una novedad, resultaba un acto cotidiano para ella. Fue un golpe a mis aires de geek, pero me demostró que el uso del móvil en los pequeños pagos diarios es algo más habitual de lo que yo suponía, así que me lancé de pleno y desde entonces mi primera opción a la hora de pagar siempre es mi Smartphone.
He descubierto que resulta más cómodo y seguro, no tengo que sacar la cartera del bolsillo, no tengo que contar monedas, no corro el riesgo de que se me caiga ninguna de las tarjetas que llevo. Es más, no tengo que llevar cartera, he prescindido en gran medida de ella. Todo esto anticipa más víctimas, y serán las tarjetas de crédito y débito. Podríamos pensar que las seguiremos precisando para retirar dinero de los cajeros automáticos, pero no, éstos también tienen NFC y sí, también obedecen a nuestro Smartphone. Igualmente los sistemas de pago a distancia de las autopistas se verán obligados a sustituir sus dispositivos propietarios por los terminales móviles, así como las tarjetas y abonos del transporte público.
El pago móvil es el futuro presente
A estas alturas sería absurdo relacionar todas las plataformas de pago móviles existentes. Al igual que ha sucedido con las tarjetas, cada entidad financiera, ecosistema móvil o cadena de hipermercados o grandes almacenes dispone o dispondrá de la suya, y emplearemos una u otra según nuestro interés.
Recientemente hemos visto como la mayor cadena de grandes almacenes de España y Samsung han firmado un acuerdo para emplear el sistema de pagos móviles de la multinacional coreana, Samsung Pay. Esto supone abrir el uso de este medio de pago a más de 11 millones de personas. El parque de datáfonos se ha actualizado en gran medida y resulta difícil encontrar alguno que no disponga de NFC. Los cajeros automáticos, las máquinas de refrescos y cada vez más dispositivos se están adaptando al pago móvil. Una vez más el Smartphone es el gran catalizador del cambio en nuestros usos y costumbres.
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