Los inversores que confían sus ahorros a la gestión de un robot son cada vez más. Sin embargo, el modelo de la gestión pasiva automatizada no llega por igual a todos los estratos de la sociedad. En España, la tendencia la abanderan hombres madrileños, titulados en ingeniería, de unos 40 años y con una cartera no superior a 100.000 euros.

Este perfil, trazado por la gestora Indexa Capital, coincide en algunos factores con el inversor prototipo de la inversión activa, fundamentalmente en cuanto a sexo, edad y categorías profesionales. No obstante, el estudio señala que ¿detrás de este perfil más frecuente existe una enorme variedad de actividades, provincias, edades, y patrimonios¿.

De media, el cliente de la gestión automatizada tiene 42 años, el 82% tiene entre 25 y 55 años. En el caso de Indexa Capital, que aglutina 50 millones de euros bajo gestión multiplicando por más de ocho a la siguiente firma de su categoría en España, el cliente más joven tiene un año porque sus padres le han abierto una cuenta, mientras que el más longevo cuenta con 94 años.

El 81% de los inversores tienen un título formativo superior, aunque también hay un grupo significativo de Bachiller, FP, BUP o Formación Profesional (14,4%) y con estudios primarios figura un 4,5%. Por patrimonio líquido (inversiones en fondos, acciones, depósitos, efectivo u otras inversiones líquidas), la mayoría tiene menos de 100.000 euros (78,9%), no necesariamente invertidos con la gestora responsable del estudio. En el rango superior, un 0,4% de ellos tiene un patrimonio líquido superior a los tres millones de euros.

Por geografías, la dispersión es bastante grande, aunque lideran la Comunidad de Madrid (40,9%) y, a una amplia distancia, Cataluña (15,2%). El 83% son hombres y 17% mujeres. Entre los más de 2.500 inversores analizados existe una enorme variedad de profesiones, aunque destacan ingenieros (23,5%), directivos (8,4%), funcionarios (7,1%), empresarios (6,8%) y autónomos (6,7%), sin ser estas categorías excluyentes entre sí.