El denominador común para estos dos nuevos fondos es el establecimiento de carteras por profesionales que responden en primera persona por estos productos, pues tanto el proceso de análisis como el de gestión corre por su cuenta, sin recurrir a herramientas externas. Además, los criterios de sostenibilidad social y ambiental surgen de un punto de partida en el que se excluyen compañías relacionadas con armas, la cadena de valor del tabaco y el entretenimiento para adultos.

Desde el equipo de Emilio Botín, hijo del histórico presidente de Banco Santander, se defiende la apuesta por criterios de inversión socialmente responsable (ISR) por su exponencial crecimiento global y la escasa oferta que hasta la fecha existe en España. Aquí es donde precisamente esperan convertirse en líderes en un plazo de 10 años, según ha explicado José Rodríguez Pérez, director general y socio cofundador de Rentamarkets.

El primero de los productos con los que se lanzan a este objetivo es el fondo Narval, focalizado en renta variable europea, y que pretende alcanzar una rentabilidad anualizada próxima al 12% distribuida en un 4% de rendimiento por dividendos y un 8% por apreciación de las compañías en cartera. No obstante, la firma no ofrece datos históricos al ser un producto de nueva creación que se define como ¿value con valores¿. Se ofrecerá a sus clientes institucionales actuales, así como a los nuevos en una única clase con una misión de depósito de entre el 0,10% y el 0,075% (en función del patrimonio) y una comisión de gestión del 0,90% el primer año y del 1,10% después.

Su analista-gestor responsable, José María Díaz Vallejo, ha señalado como máximo se otorgará una ponderación del 6% de la cartera a un único valor y del 15% a un único sector. El objetivo está puesto en compañías cíclicas en un momento bajo que ofrezcan entrada con descuento combinada con rentabilidad por dividendo elevada y sostenida. Una descripción en la que, ha explicado, también entrarían compañías sólidas en procesos de inversión con rendimientos a futuro y empresas sumidas en reestructuraciones de costes y corporativas. Geográficamente, el foco está puesto en Europa Occidental: Eurozona, Reino Unido, Suiza y países nórdicos, especialmente. Fuera del radar quedan, por el momento, economías como Polonia y Turquía.

Rentamarkets Sequoia es el segundo fondo que ofrece el equipo de Botín. Este sigue una filosofía táctica de inversión sobre renta fija global, con especial atención a los países OCDE, con duración media de entre 0 y 10 años, sin descartar duraciones negativas puntuales y en volatilidades acotadas entre el 5% y el 10%, lo que consideran un rango ¿moderado¿. El análisis de riesgos, fundamental, macro y de sostenibilidad se afina con el cuantitativo mediante una herramienta de desarrollo propio. En este caso se han creado dos clases con comisiones diferenciadas que van del 0,75% al 1,05% en gestión a la que añadir una de éxito del 7%.

FONDOS DE PENSIONES SÍ, FONDOS INDEXADOS NO

Después de estos dos productos, el grupo tiene previsto lanzar un fondo monetario ¿en los próximos meses¿, según el director general aprovechando los cambios que parecen avecinarse en el entorno mundial de tipos de interés. Asimismo, uno de gestión por factores que lleva más tiempo en estudio por el principio de la firma de no basarse nunca en análisis externo. Más adelante, se estudia el lanzamiento de productos enfocados a la jubilación, razón por la cual la gestora Virginia Oregui se ha incorporado al consejo asesor del grupo.

En ninguno de los dos casos la firma prevé comunicar cambios actualizados de posición más que el informe trimestral obligatorio que debe remitirse a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El equipo insiste en que habrá alineación de intereses, porque de hecho ambos fondos nacen con inversión de la propia gestora, una característica que ya venía siendo insignia de la casa en su negocio institucional, cuyo grueso además está en la gestión delegada de carteras.

Además, el número dos de Botín explica que emplearán tres vías para ejercer activamente su inversión. La primera de ellas es la relación frecuente y fluida con los departamentos de relación con inversores y los equipos directivos de aquellas compañías que incluyan en sus carteras. También, en el caso de la renta variable, mediante la asistencia a junta de accionistas ¿siempre que sea posible¿. Por último, una vez que se haya accedido a la ¿reputación¿ que se pretende alcanzar en ISR, mediante la adhesión a plataformas de actuación conjunta en materia de sostenibilidad corporativa.

Díaz Vallejo explica que no se trata de ¿ni de ecofondos ni de fondos verdes¿ y que en ningún caso se plantean productos indexados, en los que se basa la mayor parte de la oferta de inversión sostenible actual en España. Además, la firma rechaza el empleo de consultoría externa para la evaluación de los parámetros de sostenibilidad que determinan la inclusión de unas compañías u otras en cartera ya sea vía acciones o títulos de deuda en función de cada producto.