Por Balazs Koranyi
Las cifras indican que la zona euro es una de las más lentas entre las economías occidentales en renunciar al efectivo, a diferencia de países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Canadá.
Casi un 79 por ciento de transacciones en puntos de venta fueron realizadas con dinero en efectivo el año pasado, con Europa del sur a la cabeza de los países que más efectivo utilizan por pago.
En España, un 87 por ciento de los pagos efectuados se hacen con dinero efectivo, en línea con lo que ocurre en Italia y Grecia, que presentaron una tasa del 86 y 88 por ciento respectivamente. Malta, con una proporción del 92 por ciento de las transacciones efectuadas con billetes, lideraba el ranking.
Sin embargo, el estudio del BCE situó a España entre los países donde el valor de dichas transacciones con efectivo son menores, situándose de media ligeramente por debajo de los 10 euros por transacción. De hecho, en una encuesta llevada a cabo por el BCE, los españoles dijeron que el principal factor que condiciona la elección entre los distintos métodos de pago era la cantidad a ser pagada.
En Alemania, la economía más grande del bloque, el 80 por ciento de las transacciones se efectúan con dinero en efectivo. Eso remarca la inquietud de Alemania ante la decisión del BCE de retirar del mercado los billetes de 500 euros, una medida percibida ampliamente como un primer paso para reducir el uso del efectivo.
Después de vivir guerras mundiales devastadoras e hiperinflación, los alemanes, económicamente conservadores, recurren fuertemente al dinero en efectivo e incluso en sus transacciones bancarias prefieren productos de ahorro simples, particularmente depósitos a plazo en efectivo.
En contraste, el dinero en efectivo sólo se usa para alrededor de un 15 por ciento de ventas similares en Suecia, donde el dinero en circulación ha bajado durante años, mostraron datos de Riksbank.
Los holandeses y los estonios fueron los que menos usaron dinero en efectivo en la zona euro el año pasado, con menos de la mitad de las transacciones en dinero.
El dinero es tan vital en la zona euro que el consumidor promedio lleva 65 euros en su cartera, mientras que los alemanes tienen más de 100 euros por lo general.
Sin embargo, el BCE dijo que los pagos sin contacto podrían aumentar rápidamente el número de transacciones electrónicas. En dichas ventas, el consumidor coloca sus tarjetas o teléfonos frente a una terminal para completar instantáneamente compras a pequeña escala, a menudo sin la necesidad de ingresar una clave.