Por Yolanda González

Las redes sociales se han convertido en una extensión de nuestras vidas. La gente se entera de las últimas noticias en su muro de Facebook, conoce las opiniones de los políticos vía Twitter y pública las fotos de su día a día en Instagram. El contenido que abarcan las pantallas de nuestros dispositivos parece infinito y hay quien ha sabido hacer negocio de ello e incluso su profesión.

La última encuesta de Adecco `¿Qué quieres ser de mayor?¿ ya situaba `youtuber¿ como la cuarta profesión predilecta por los niños. Y es que trabajar con las redes sociales no es ninguna tontería. La cantidad de seguidores que puede llegar a tener una persona hace que sus canales sean una plataforma de interés para que las marcas se publiciten. Pero, ¿cómo funcionan estos acuerdos?

Las tarifas que los `influencers¿ reclaman a las marcas no son públicas. Los hay que trabajan con agencias, que ejercen la labor de representantes, y los hay que van por libre. También hay contratos puntuales, que consisten en publicar una imagen o un post, o incluso contratos de exclusividad.

Desde Kepper Experience, una agencia digital especializada en este tipo de creación de contenido, explican que los acuerdos varían en función de la red social y, sobre todo, según la comunidad que tiene cada `influencer¿. Tal y como señalan, ¿Twitter y Facebook son las redes sociales en las que menos se paga, porque no son tan usadas y las comunidades suelen ser más pequeñas. Instagram y YouTube son las plataformas que más se demandan para campañas, especialmente Instagram¿.

Por lo general, cuantos más seguidores tienes, más dinero puedes pedir por un contenido en una red social, pero también es muy importante la relación que el influencer tiene con su comunidad. ¿Es posible que alguien con más seguidores que otro cobre menos porque la comunidad del influencer más pequeño es mucho más fiel y activa. Las marcas y las agencias tienen muy en cuenta este factor a la hora de seleccionar perfiles para las campañas¿, cuenta la agencia.

ACUERDO ENTRE LA MARCA Y EL INFLUENCER

El contacto se realiza por email para explicar en qué consiste la campaña y qué clase de contrato se ofrece. ¿Normalmente no solemos tener problema y aceptan a la primera, pero, en ocasiones, hay `influencers¿ que piden más dinero y, entonces, hay que negociar con ellos para llegar a un acuerdo¿, explican desde Kepper Experience.

Laura Esteban, conocida en las redes sociales como @neveroldfashioned, cuenta que en Instagram se empieza a ganar dinero a partir de los 10.000 seguidores. ¿Con este número de seguidores lo más normal es ganar 50€ por post. En mi caso es la cantidad que suelo acordar con las marcas. Compañeras que tienen 50.000 o 40.000 suelen cobrar entre 200 y 300 euros por post. Depende de la marca y al acuerdo que lleguen¿, cuenta la `influencer¿.

En cuanto a las exigencias, lo principal es que se respeten las indicaciones de la campaña. En caso de que no se cumplan, habrá que repetir el contenido (foto, vídeo, texto...). Pese a que suele haber buena comunicación entre ambas partes, hay marcas que lo ponen mucho más fácil que otras: ¿Muchas buscan una publicidad demasiado explícita, que limita mucho la creatividad de quien tiene que promocionar el producto. Incluso he tenido que rehacer varias veces la publicación porque no les valía nada de lo que compartía¿, explica Esteban.

Las exigencias que enumera Laura como las más comunes son etiquetar y nombrar a la marca en la publicación, un pequeño texto en el que se describan las cualidades del producto a promocionar y que aparezca en la imagen el objetivo en cuestión. Desde Kepper Experience indican que es muy importante ¿que se trate bien la campaña y se respete la marca¿ y que se cumpla con las fechas marcadas y el tipo de contenido acordado. Si no, es muy posible que no se vuelva a colaborar con ellos. ¿Si se acuerdan unas condiciones y los `influencers¿ no las respetan, se prescinde de ellos y su perfil se sustituye por otro similar. Pero, por lo general, no suele haber este tipo de problemas a menudo¿, explican desde la agencia.