En otros tiempos, ocho subidas mensuales consecutivas del euríbor a 12 meses, la referencia para la mayoría de las hipotecas a tipo variable en España, hubieran provocado más de un escalofrío. Ahora, en cambio, apenas causan rasguños. Es lo que tienen estos nuevos tiempos, en los que los tipos de interés, con los oficiales en el 0% y los de la facilidad de depósito en el -0,40%, llevan congelados desde marzo de 2016 y sin visos de que se muevan hasta bien entrada la segunda mitad de 2019.
En noviembre, el euríbor va a firmar su octavo repunte seguido. Su media mensual, que es la que se tiene en cuenta en las revisiones hipotecarias, cerrará el mes en el -0,148% o en el -0,147%, por encima del -0,154% de octubre.
Con esta subida, vuelve a obrar el `milagro¿ de prolongar su ascensión sin que casi se note. Desde el -0,191% de marzo apenas ha subido 4,3 puntos básicos o 0,043 puntos porcentuales. Apenas nada tras ocho meses al alza. Y como consecuencia sigue instalado claramente por debajo del 0% y en zona de mínimos históricos.
Esta realidad se observa en que el impacto de esa subida en las hipotecas continuará siendo residual. Para un préstamo de 150.000 euros a 20 años con un diferencial de un punto porcentual sobre el euríbor, las revisiones que se realicen con los datos de noviembre se encarecerán en unos 3 euros al mes tanto en las actualizaciones semestrales como en las anuales.
MISMO PATRÓN
Por ahora, esta inercia de una muy lenta pero continuada ascensión del euríbor es la que seguirá vigente si el Banco Central Europeo (BCE) mantiene la hoja de ruta que marcó en junio. Entonces, anticipó que en diciembre interrumpirá las compras netas de deuda en el mercado y que las subidas de los tipos de interés no llegarán ¿al menos hasta durante el verano de 2019¿. El mercado ajusta esa fecha a septiembre u octubre de 2019.
Si la entidad presidida por Mario Draghi insiste en este calendario, el euríbor proseguirá su parsimonioso retorno al 0%, una cota a la que podría en la segunda mitad del próximo año. Ahora bien, lo que cabe incluso es que el curso de los acontecimientos, con la previsible ralentización del crecimiento y la inestabilidad de los mercados, obligue al BCE al actuar todavía con más prudencia, con lo que la subida de los tipos podría retrasarse para contagiar a su vez al euríbor, que también moderaría o interrumpiría su regreso a cotas positivas.
Es decir, el índice todavía tiene margen para vivir por debajo del 0%, lo que equivale a decir que seguirá en zona de mínimos históricos. En este sentido, conviene tener presente que, desde que tomó el relevo al míbor a 12 meses en el año 2000 como gran referencia hipotecaria, su media histórica se sitúa en el 2%.
Esta cifra resulta relevante por varios motivos concatenados. Para empezar porque recuerda que el euríbor no siempre ha habitado en los anormales niveles actuales y que no solo ha estado en positivo, sino claramente por encima del 0%, con un máximo histórico superior al 5% en 2008. Y para continuar porque cualquier cálculo que se haga a la hora de contratar un préstamo hipotecario y decidir si se elige por uno variable u otro fijo debe basarse más en ese 2% -o datos mayores- que en el anómalo -0,15% actual. En este sentido, solo con que el euríbor regresara a su media histórica, la cuota de esa hipoteca de 150.000 euros a 20 años y un diferencial de un punto porcentual se encarecería en 150 euros al mes o 1.800 euros al año.