Tres fondos de gestión alternativa para diversificar y amortiguar riesgos
- El aumento de la volatilidad aconseja más diversificación
- El arbitraje forma parte del ADN de estos fondos
El aumento de la volatilidad durante el pasado año supuso una vuelta a la normalidad respecto a la placidez de 2017, recordándonos que los mercados pueden subir con la misma facilidad con la que pueden bajar. Con unas expectativas de menores retornos en renta variable, mayor volatilidad y el aumento de los tipos de interés, en 2019 se debería considerar la inclusión de inversiones alternativas en las carteras.
De forma general, las inversiones alternativas se refieren a inversiones en activos distintos de acciones, bonos y liquidez o que utilizan estrategias de inversión no tradicionales. En esta categoría se incluyen heramientas ‘long/short’, macro global o de arbitraje. Puesto que el comportamiento de las inversiones alternativas suele ser diferente del de una acción o un bono, su inclusión en una cartera puede proporcionar una mayor diversificación, reducir el riesgo o conseguir mayores retornos.
El fondo de la categoría VDOS de gestión alternativa que mejor comportamiento tiene en lo que llevamos de año es la clase X de capitalización en euros de Legg Mason Western Asset Macro Opportunities Bond Fund, con un 2,67% de rentabilidad. Tras terminar 2018 con un retorno superior al de su categoría, a un año se revaloriza un 3,18%, con un dato de volatilidad del 5,56%. Con el objetivo de maximizar la rentabilidad total, invierte su cartera en deuda, bonos convertibles, acciones preferentes y warrants de cualquier lugar del mundo, incluidos mercados emergentes. Utiliza instrumentos financieros derivados para cubrir esta exposición, ajustar la duración media ponderada de su cartera y adoptar posiciones cortas en títulos de deuda, índices, divisas o tipos de interés. Un 88,06% de sus activos netos se corresponde con bonos, un 3,55% está en liquidez y un 5,73% en otros activos. Entre sus mayores posiciones encontramos emisiones de bonos y pagarés del Tesoro de EEUU y México. La suscripción de este fondo requiere una aportación mínima de 1.000 euros, con una comisión fija del 1% y de depósito del 0,15%.
Un 1,69% de la rentabilidad alcanza desde el inicio del año la clase HI en dólares de Bellevue Funds (Lux) – BB Global Macro. Y después de haber terminado 2018 con una revalorización del 5,08%. A un año, su rentabilidad es del 8,58%, con un dato de volatilidad de 6,36%. Se propone como objetivo conseguir un rendimiento absoluto positivo por medio de estrategias macro globales, con la aspiración de lograr para los inversores una rentabilidad superior a la de su índice de referencia, el Líbor Eur 3 meses. Por área geográfica, las mayores ponderaciones en su cartera corresponden a países desarrollados (2,44%), EEUU (1,52%), Europa ex-Euro (0,86%), emergentes (0,49%), emergentes europeos (0,49%) y otros (0,07%). No es necesaria una aportación mínima inicial para suscribir este fondo, que grava a sus partícipes con una comisión fija del 0,80% y de depósito del 0,40%, además de una comisión variable del 15% sobre resultados anuales positivos del fondo respecto a su índice de referencia.
El Nordea 1-Balanced Income Fund obtiene una rentabilidad en el año del 1,48% en su clase BP en euros. Aunque por rentabilidad terminó 2018 por debajo del índice de su categoría y no consigue alcanzar terreno positivo a un año, registra un controlado dato de volatilidad en este último periodo del 2,17%, que lo posiciona entre los mejores de esta categoría. En el quintil cinco por este concepto. Con el objetivo de conservación y crecimiento constante del capital de sus partícipes durante un ciclo de inversión completo, el gestor tiene como objetivo identificar catalizadores de rentabilidad recurriendo a posiciones tanto largas como cortas en un amplio abanico de instrumentos de renta fija, invirtiendo en renta variable en una proporción más reducida. Por tipo de activo, los mayores pesos en su cartera son bonos soberanos (63,8%), bonos y cédulas hipotecarias (17,57%), liquidez y equivalentes (17,47%), emisiones relacionados con gobiernos (1%) y bonos corporativos (0,19%). Sus partícipes soportan una comisión fija del 1,2% y de depósito del 0,12%.
Habitualmente, los inversores dirigen su atención a este tipo de inversiones de forma reactiva, buscando alternativas tras un periodo en el que se han comportado mejor, sin considerarlas como parte permanente de su cartera. Sin embargo, especialmente en un entorno de mercado como el actual, podría resultar conveniente asesorarse adecuadamente para analizar y considerar una asignación apropiada a este tipo de estrategias.
*Paula Mercado es directora de análisis en VDOS