Las familias españolas siguen encerradas en los depósitos bancarios. El volumen de dinero que mantienen en estos productos sigue creciendo de manera exponencial. En concreto, hasta los 842.400 millones en el mes de noviembre, según los datos del Banco de España. Durante dicho mes, los hogares españoles incrementaron sus aportaciones a estos productos en 8.100 millones de euros. Y todo, pese a que el ahorro en los depósitos está quedando reducido a la mínima expresión debido a la política de bajos tipos de interés adoptada por el Banco Central Europeo (BCE).
Ante esta situación, incluso la banca tradicional se empeña en cambiar la mentalidad de sus clientes y trasladarlos hacia otro tipo de productos de inversión. El motivo es muy sencillo: el pasado septiembre el BCE elevó la tasa de interés que aplica a los depósitos bancarios hasta el -0,5%, esto es, el interés que cobra a los bancos por el dinero que depositan en el organismo. A las entidades financieras cada día les sale más caro mantener liquidez en el BCE y, por tanto, las remuneraciones a sus clientes se van recortando. El tipo de interés de los nuevos depósitos a plazo a más de dos años se sitúa en España en el 0,27%, según los últimos datos del Banco de España del mes de noviembre. Estas cifras son algo más reducidas si se comparan con lo que ofrecen el resto de bancos de la zona euro, un 0,74%.
Con esta remuneración tan baja los clientes bancarios no pueden hacer frente a la inflación, que terminará por reducir el poder adquisitivo de sus ahorros. Además, existe otra amenaza: que las entidades bancarias terminen por cobrarles por los depósitos si se produce una bajada adicional de tipos. Para frenar estos riesgos existe una alternativa, la de los fondos de inversión.
Aunque los ahorradores más conservadores ven con cierto vértigo estos productos, a veces les pueden ayudar a generar una rentabilidad superior a los depósitos sin perder de vista su perfil de riesgo. Es decir, invirtiendo prácticamente todo el peso de su cartera en activos de renta fija.
Y es que si un cliente mantiene unos 10.000 euros en uno de estos depósitos a un plazo de dos años con un tipo de interés del 0,27%, que es el que se paga de media actualmente, cuando llegue el vencimiento obtendrá unas ganancias de 54 euros (43,74 euros tras la retención de Hacienda). No obstante, si en vez de volver a renovar ese depósito invirtiera en un fondo conservador podría llegar a obtener una rentabilidad de hasta 475 euros (348,48 euros tras la retención), según los cálculos de esta herramienta de Finect.
Considerando la rentabilidad a largo plazo, las mejores opciones que existen entre los productos con perfiles muy defensivos (SRRI 1) son las de dos fondos garantizados: el Eurovalor Garantizado Acciones V, que registra unas ganancias del 8,33% a 12 meses y del 16,53% a tres años, y el BMN Garantizado Selección XII, que registra una subida anualizada del 10,81% a tres años y del 5,31% a 12 meses. Tres estos se encuentra el BBVA Rendimiento España II, que gana un 10,57% en los últimos tres años y un 5,85% en el último año; el Bankia Rendimiento Garantizado 2023 IV, que sube un 9,28% a 36 meses y un 5,32% a 12, o el Laboral Kutxa Euribor Garantizado, que registra unas ganancias del 7,77% a tres años y un 3,5% a uno.
En los últimos años, la mayoría de fondos de inversión de perfil conservador han registrado ganancias generalizadas. Conviene, eso sí, analizar detenidamente el producto en el que se está invirtiendo y los activos por los que apuesta para no sufrir decepciones. En esta herramienta que te proporcionamos desde Invertia y Finect es posible analizar qué fondos de perfil conservador podrían generar más beneficio que el depósito que tenemos contratado.