Los inversores han vivido una montaña rusa desde que comenzó la pandemia. Ante las subidas y bajadas de la renta variable mundial, se ha puesto de manifiesto la notable estabilidad del sector del Vino de Lujo, que apenas ha cedido en los últimos 18 meses. Mientras que en marzo de 2020, un momento clave para las bolsas de todo el mundo, el S&P 500 cayó un 25%, el Liv-ex 1000, uno de los índices que siguen los precios de los mejores vinos de lujo del mundo, descendió tan solo un 4%. La estabilidad de este mercado se había demostrado una vez más, ya que durante la crisis económica de 2008, cuando el S&P 500 se desplomó un 38,5%, el índice Liv-ex 1000 cayó un 0,6%.
Por su estabilidad, el Vino de Lujo se presenta como una estrategia segura de inversión a largo plazo y, por si eso no resultara suficiente, su crecimiento también se compara favorablemente con la renta variable mundial. Entre 2003 y 2021, el S&P ha subido un 286,5%, mientras que los dos índices de Vino de Lujo más destacados, el Liv-ex Fine Wine 50 y el Fine Wine 1000 crecieron un 263% y un 276% respectivamente durante el mismo periodo.
Explica Almudena Alberca, la primera mujer española en convertirse en Máster of Wine (el reconocimiento internacional más prestigioso en el mundo del vino) que “las inversiones en vino a lo largo de la historia parecen haberse convertido en un refugio, según aseguran la mayor parte de los asesores financieros. Normalmente, no se espera que produzcan ganancias astronómicas pero lo que se ha demostrado a lo largo de la historia es que es un complemento perfecto para la diversificación de inversiones, ya que el valor suele mantenerse estable y ofrece rentabilidades anuales del 10-15% en los últimos 20 años, incluso en años tan duros como 2020”. Alberca es también embajadora de OENO, una entidad que ofrece asesoramiento para invertir en el mercado del Vino de Lujo. OENO ha creado una guía gratuita de inversión en vino para ayudar a los inversores a introducirse en este mercado.
El consumo pandémico impulsa el crecimiento
Precisamente este año, pese a la incertidumbre de la pandemia, parece que el cierre de la restauración y la hostelería por las restricciones del coronavirus han tenido un efecto favorable en el sector. Eludir los costes de salir a restaurantes ha favorecido el consumo de etiquetas ultrapremium en los hogares, de manera que las botellas de alta gama han experimentado una mayor demanda.
El mercado de Vino de Lujo funciona según un modelo directo de oferta y demanda, por lo que a medida que se consumen determinadas añadas y etiquetas, ya que se trata de producciones limitadas, la disponibilidad en el mercado se reduce y los coleccionistas están dispuestos a pagar sumas más altas por botellas que cada vez son más difíciles de encontrar. Como ejemplo, el Sassicaia 2009, un legendario vino tinto Super Toscano de Italia, que se disparó un 14% en los dos primeros trimestres de 2020, pasando de 1741 a 1988 euros por caja de 12 botellas.
El vino español, en alza
Tradicionalmente, el mercado del Vino de Lujo ha estado dominado por la región francesa de Burdeos y otras zonas emblemáticas como Borgoña, Toscana y el Piamonte en Italia o fincas legendarias como Screaming Eagle en California. Sin embargo, en la última década el mercado ha puesto la mirada en otros lugares. Según las cifras de la plataforma comercial Liv-ex, la cuota de mercado de Burdeos ha disminuido, del 90% que representaba en 2010, al 42% en 2020.
La tendencia hacia un mercado más diverso refleja el creciente interés de los consumidores y coleccionistas por nuevos productores, entre los que destacan España, Australia y Alemania. La alta calidad de los vinos y sus precios atractivos convierten a productores poco conocidos en activos de interés para los inversores que saben adelantarse a la subida de precios que sin duda experimentarán estos vinos a medida que adquieren mayor reconocimiento por parte de críticos y coleccionistas.
Buen indicador de ello es la lista Liv-ex Power 100, que clasifica a los productores según su rendimiento de precios y del precio medio de sus etiquetas. Como prueba de que el mercado español tiene cada vez más interés entre los inversores encontramos a Vega Sicilia, que subió del puesto 26 al 12 en este índice y, por primera vez, la lista incluyó a la legendaria bodega de Ribera del Duero Dominio de Pingus, que entró en el puesto 86, escalando 64 puestos desde 2019.
¿Cómo invertir?
Ni la experiencia ni el capital son una barrera de entrada a la hora de empezar a invertir en el mercado del vino, pues según Daniel Walker, director de inversiones de OENO, “tenemos inversores que empiezan sin experiencia y con inversiones de tan solo 10.000 dólares. Este tipo de inversor novel es guiado por nuestros asesores y aconsejado sobre cuándo comprar y cuándo vender. Por otra parte, tenemos también a inversores expertos que invierten cifras de hasta siete dígitos”.
Con un buen asesoramiento y conocimientos básicos como los que se explican en la guía gratuita de inversión en vino de OENO, el inversor puede empezar a sacar rentabilidad a sus activos. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, qué cualidades hace a un vino digno de colección o inversión y conocer las dinámicas que rigen el mercado.
Según los expertos de OENO, hay tres factores clave. Primero el volumen de producción, ya que algunas añadas producen cantidades muy bajas de vino y conforme pasan los años estos ejemplares incrementan su valor de mercado. En segundo lugar, hay que tener en cuenta la reputación del productor y, por último, otros factores propios del vino que puedan hacer que adquiera más valor, como su añada, la manera en que se almacena, la denominación de origen o si provienen de una edición limitada. Aun con todos los códigos internos del sector, el Vino de Lujo es una apuesta fiable para las inversiones a largo plazo y puede llegar a ser un mercado apasionante para los amantes del vino.