La financiación alternativa aprovecha la retirada del ICO para sustituir a la banca en las empresas medianas
La deuda empresarial supera el 82% del PIB y permite a la fintech Finalbion alcanzar una financiación acumulada de 2.100 millones.
13 octubre, 2021 01:02La financiación alternativa de las empresas medianas está siendo uno de los nichos que ha acelerado su expansión gracias a la pandemia. La toma de conciencia por parte de los gestores de ese tipo de compañías de la importancia de contar siempre con liquidez, junto con el inicio de la retirada de préstamos del ICO y las fusiones bancarias han creado un escenario propicio para el desarrollo del negocio de las fintech que trabajan en este segmento.
Las empresas europeas -y las españolas en mayor grado que la media de las economías avanzadas del euro- están lejos de los niveles de sus competidoras estadounidenses en diversificación de las fuentes de financiación. Al otro lado del Atlántico, la proporción de dependencia de la banca de las empresas representa un 60%, frente al más del 80% que sigue alcanzando en Europa, siendo España uno de los mercados más retrasados en este terreno.
Sin embargo, buscar vías alternativas de acceso a la liquidez va a ser cada vez más necesario para las empresas y en el mercado español, las fintech que se dedican a este negocio consideran que hay mucho recorrido.
En especial, porque la consolidación bancaria va a reducir el número de bancos nacionales con los que podrán trabajar las empresas de tamaño mediado, según explica a EL ESPAÑOL Invertia el consejero delegado de Finalbion, Marcos Flores.
Esta firma, que está especializada en ofrecer financiación a corto plazo destinada a la Tesorería para empresas midcaps -que por su tamaño no tienen acceso a los mercados de capitales, ni a la banca extranjera- está aprovechando la coyuntura y el fin de las líneas ICO para acelerar su expansión. De hecho, acaba de superar los 2.100 millones de euros en financiación acumulada desde su creación. Esto supone un crecimiento del 35% frente a los datos que registraba hace tan solo seis meses.
Crece el apalancamiento
Tras un parón inicial para las firmas financieras que se dedican a prestar dinero a las pymes en los tramos a los que no llega la banca, el aumento del apalancamiento de las empresas españolas ha permitido dar impulso a este tipo de plataformas, que canalizan inversión de fondos internacionales para empresas españolas.
La coyuntura no puede ser más favorable para este sector dado el aumento del apalancamiento de las empresas que ha propiciado la pandemia. Según los datos del Banco de España publicados esta semana, la deuda de las sociedades no financieras alcanzó en el segundo trimestre del año los 961.000 millones de euros (lo que representa el 82,8% del PIB y si se incluye la deuda interempresarial, el 106,4%).
Ese endeudamiento se ha repartido por todo el tejido empresarial y no solo en las empresas que están señaladas por sus problemas de viabilidad. De hecho, en el caso de Finalbion, su objetivo no son empresas en apuros, como puedan ser aquellas que están esperando a entrar bajo el paraguas de la SEPI, sino compañías de tamaño medio que necesitan completar su financiación en tramos a los que no llega la banca.
Con estos parámetros, el sector industrial ocupa una parte importante de su cartera, aunque la compañía también está presente en operaciones de otros sectores, como el turístico, la construcción, la salud, las renovables o la logística.
Más regulación
Preguntado sobre los retos del sector, Flores reconoce que estas plataformas están a la espera de ver cómo aumenta la carga regulatoria en los próximos cinco años para seguir prestando estos servicios alternativos de financiación.
Sin embargo, en su opinión, esa regulación lejos de ser un problema para estas firmas, será una oportunidad, ya que en casos como Finalbión una normativa de solvencia probablemente ayudaría a aumentar el apalancamiento.
Aunque este modelo hace en muchas ocasiones competencia a la banca, también es complementario a la actividad que desarrollan las entidades bancarias al permitir en muchos casos, dar viabilidad a empresas en las que los bancos necesitan un sustituto o un compañero para compensar su política de riesgos. Ambos modelos están llamados a convivir cada vez con más intensidad en Europa, como ocurre en Estados Unidos.