A nadie le amarga un dulce. Pero, en ocasiones, ese dulce se acaba convirtiendo en amargo. Es lo que puede llegar a suceder cuando alguien alquila un apartamento de cara a pasar unas merecidas vacaciones en el verano y descubre que ha sido estafado porque quizás no exista, o porque no tiene nada que ver con la información que se tenía del mismo.

El verano pasado, y según advirtió la Policía Nacional, el número de estafas en alquileres vacacionales creció hasta situarse por encima de cifras prepandemia. Cuánta más demanda hay, mayores son los índices de estafa, sobre todo con el uso de la digitalización después de la pandemia”, explica Arantxa Goenaga, socia y abogada del despacho Círculo Legal Barcelona.

Para que meses y meses de ahorro no acaben ‘tirados en la basura’ te ofrecemos una serie de recomendaciones para que las vacaciones acaben siendo las soñadas y no una auténtica pesadilla.

Cuidado con las gangas

Duros a pesetas ya no ofrece nadie. Y si lo hace, es que algo oscuro hay detrás. Por tanto, hay que tener mucho cuidado con las supuestas gangas. Por eso, y antes de dar el paso, es conveniente analizar cómo está el mercado en la zona en la que se quiere ir de vacaciones.

Sin duda, es el mejor termómetro para calibrar la temperatura de los precios en la zona. Al comparar precios con otros inmuebles, y de similares características, se obtiene una visión acorde con la realidad.

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Junto al inmueble, otro aspecto que conviene analizar es quién es el arrendador. Muchas personas tratan de tú a tú con el mismo. En este caso, y para ver si realmente es el titular de la vivienda, basta con una simple consulta al Registro de la Propiedad.

Otro punto que conviene revisar es si en el proceso hay intermediarios, o los propietarios están en el extranjero. Y si se apuesta por portales especializados, que sean oficiales. Hay casos en los que se han creado páginas falsas poniendo en alquiler viviendas o apartamentos ficticios.

¿Pago por adelantado? No, gracias

Una señal de alarma que conviene tener en cuenta tiene lugar cuando el cliente quiere ver el inmueble y el supuesto propietario argumenta diferentes problemas para no mostrarlo. ¿Cómo cuáles? Que está en otro lugar diferente al de la ubicación del apartamento, o porque está ocupado.

También pueden sacar tajada al encontrarse el inmueble a cientos de kilómetros del lugar de residencia del arrendatario, y este no puede ir aposta a verlo antes de disfrutar de las vacaciones. Aquí puede ser de utilidad, para comprobar si realmente existe, el uso de herramientas como Street View.

Vista de Cullera, en Valencia. Pixabay

Tras las excusas para no ver el inmueble, los estafadores suelen solicitar el abono de un porcentaje o la totalidad del alquiler que no existe. El cliente termina no solo perdiendo el dinero, sino que además se queda sin un alquiler para disfrutar de sus vacaciones”, detalla Goenaga.

Por tanto, la manera más sencilla de no caer en una estafa es “no hacer el pago por adelantado, verificar la información acudiendo personalmente al inmueble y comprobar que realmente esas personas son las propietarias o están contratadas por los propietarios”.

‘Perseguir’ al arrendador

Otra forma de minimizar el riesgo de una estafa en un piso turístico es buscar toda la información posible acerca del arrendador. Comprobar, por ejemplo, que funcionan correctamente desde su correo electrónico al teléfono móvil facilitados.

Asimismo, es importante suscribir un contrato que avale el contrato de alquiler. Y que dicho documento incluya todas las condiciones en las que se lleva a cabo el arrendamiento. Asimismo, es pertinente no adelantar todo el dinero antes de ocupar la vivienda.

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Si se realiza un adelanto en forma de fianza (suele estar entre el 20% y el 30%), hay que solicitar un justificante de pago. La forma más segura de pagar es hacerlo por medios de pago que dejen rastro, como una transferencia bancaria, o las tarjetas bancarias que disponen de mecanismo antifraude.

Denunciar

Si a pesar de las precauciones adoptadas se acaba siendo víctima de una estafa, lo más importante es denunciar. Bien ante la plataforma del alquiler, o para casos más extremos, ante la Policía o la Guardia Civil.

Por eso, nada más llegar al destino, conviene comprobar cómo está el inmueble, y notificar cualquier discrepancia o desperfecto respecto a lo que se anunciaba. De esta manera, lo que se está consiguiendo, además, es que otras personas no acaben cayendo en la misma estafa.

Webs extrañas, ofertas irreales, plataformas de pago inseguras y baja calidad en la descripción de las propiedades son, sin duda, pequeños avisos de que puede tratarse de una estafa”, advierten desde Círculo Legal Barcelona.