Ya no hay vuelta atrás. El plazo para entregar la declaración de la Renta de 2023 se ha terminado. El 30 de junio pasó y ya no valen excusas. Tanto si ha sido de forma intencionada o no, quien no haya realizado este trámite anual deberá hacer frente a una serie de multas y sanciones.
Agotado el plazo, y con una gran cantidad de contribuyentes que ha cumplido con esta obligación, Hacienda tendrá que revisar todos los casos e incluso tiene cuatro años por delante para fijarse en los pagos y emprender acciones. El porcentaje de quienes la hacen a tiempo y de forma correcta, no obstante, suele ser alto.
Sólo en junio, según han expuesto, Hacienda prevé recaudar 12.000 millones de euros. Una cantidad que podría ser mucho mayor si los ciudadanos retrasan su pago tras no presentar la declaración a tiempo.
¿Cuáles son las sanciones y multas a pagar?
Lo decían nuestros abuelos: las cosas bien hechas, bien parecen. Y al que haya cumplido con esta tarea anual no tendrá ningún problema. Pero, si no se hace bien (o se la ha pasado, como habrá sido el caso de quien no la presentara el 30 de junio), se le añade otro 'castigo': Hacienda le aplicara un recargo económico.
¿Cuáles son las sanciones más recurrentes por no presentar el IRPF a tiempo? Aquí se pueden plantear dos escenarios. Depende de si la declaración de la renta ha salido a pagar o que salga a devolver.
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Si la declaración de la Renta sale a pagar, el ciudadano tendrá que desembolsar el resultado que obtenga en dicha declaración más una multa. ¿De cuánto? Según TaxDown, la penalización consistirá en pagar entre el 50% y el 150% del total de la deuda.
Pero, atención: puede ser todavía mayor. Porque Hacienda puede entender que, por esta maniobra del contribuyente, ha sufrido un perjuicio económico. O porque, revisando sus ‘archivos’, vea que ha ocurrido en otras ocasiones.
Un ejemplo: si a una persona le sale a pagar hasta 1.200 euros, podrá llegar a tener que abonar hasta 3.000 euros, según los expertos de la startup.
Y si la declaración de la Renta le sale a devolver, y no la presenta (bien por desconocimiento, bien por descuido), se enfrenta a una sanción. La misma puede llegar a ser de hasta 200 euros. Por tanto, podría darse el caso de que un contribuyente se viese en la tesitura de tener que pagar cuando, en un primer momento, le salía a devolver.
¿Hasta cuándo puede pedir cuentas Hacienda?
Más allá de las multas y sanciones, hay otro tema que conviene tener en cuenta el contribuyente. Y ese no es otro que el periodo que tiene Hacienda para avisarnos de los errores cometidos en esta campaña.
Por tanto, la Agencia Tributaria tiene hasta 2027 para avisar a los ciudadanos de los fallos que haya cometido en esta campaña de 2023. Y, además, si durante esos cuatros años, los funcionarios detectan que una persona debía haber presentado el IRPF, y no la ha hecho, les enviará un requerimiento.
De la misma manera, iniciará un procedimiento sancionador que tendrá diferentes consecuencias dependiendo de si la gestión fiscal salió a pagar o a devolver. Sin embargo, hay una forma de reducir lo máximo posible este tipo de multas, según TaxDown. Y esa no es otra que presentar la declaración antes de que Hacienda envíe el requerimiento, popularmente conocido como ‘la carta del miedo’.
Así, si el ciudadano envía por iniciativa propia el IRPF fuera de plazo, y sale a pagar, la multa dependerá del tiempo que se ha tardado en hacerlo. Por ejemplo, si se envía en julio, el interés a pagar será del 1%; si es en agosto, del 2%. Y así sucesivamente mes a mes. De ahí que, cuanto antes, mejor para el bolsillo del contribuyente.