“Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…”. La frase era la introducción de la primera entrega de La guerra de las galaxias. Y algo así se puede aplicar a un hecho cotidiano relacionado con el pago con tarjeta que, con el paso del tiempo, ha quedado en desuso.
Porque hace mucho tiempo (o quizás no tanto) aquella persona que pagaba con tarjeta tenía que enseñar su documento nacional de identidad (DNI) a la persona que debía de cobrarle en el establecimiento donde efectuaba la compra.
¿Cuánto tiempo hace que no es así? Para algunos, una eternidad. Para otros, no tanto. Sea de una u otra opinión, lo cierto es que la pandemia, entre otras cosas, cambió el hábito de pago. El llamado dinero de plástico tomó ventaja frente a billetes y monedas. Algo que se vio impulsado al introducirse la tecnología contactless.
¿Qué dice el Banco de España?
Lo primero que dice el Banco de España (BdE) en su blog es que, sobre la obligatoriedad o no de enseñar en carné cuando se hace un pago con tarjeta, “no hay una respuesta clara”. La razón que argumenta es que “no existen leyes que establezcan su obligatoriedad”.
Por tanto, y según el BdE, se trata de una decisión de cada establecimiento comercial “para evitar el fraude y que se produzcan compras por personas que no fueran el titular legítimo de esa tarjeta”.
[La tarjeta engulle al efectivo: cada vez hay más datáfonos y se usan a niveles récord]
Llegados a este punto conviene recordar que la costumbre de solicitar el DNI tiene su origen en el hecho de que las tarjetas no disponían de la tecnología de seguridad que sí incorporan ahora. “Entonces, era necesaria la firma en el resguardo impreso por el datáfono y comprobar que el titular de la tarjeta coincidía con la persona que mostraba el carné de identidad”, rememoran desde el BdE.
En la actualidad, la práctica totalidad de las tarjetas que se comercializan disponen de chip y pin, además de la ya citada tecnología contactless. En este último caso, no se requiere del pin para aquellos pagos que no superen los 50 euros.
“De este modo, es posible realizar las transacciones de forma más rápida y eficaz. Por ello, esta costumbre está prácticamente extinguida”, apuntan desde la entidad. Sin embargo, todavía hay establecimientos que mantienen la costumbre de pedir una identificación porque lo consideran una medida de seguridad extra.
“Si el cliente no dispone de DNI por cualquier motivo (extravío o robo), sería posible acreditar la identidad con el pasaporte o con el carné de conducir y el establecimiento no podría negarse a admitir el pago con tarjeta”, matizan en el BdE.
Y concluyen: “Eso sí, aunque lo que generalmente queremos todos es pagar a toda velocidad, conviene que te tomes tu tiempo. Recuerda que pedir el DNI solo aumenta la seguridad de la operación, que tienes derecho a solicitar copia de la transacción y, además, te recomendamos que revises bien que el importe introducido en el datáfono sea el correcto”.