Las monedas de euro que llevas en el bolsillo tienen el valor que tienen: desde uno, dos, cinco, diez, veinte y cincuenta céntimos hasta uno y dos euros. Sin embargo, algunas de esas monedas han multiplicado su valor. Esto es así debido a que son ediciones especiales lanzadas por alguno de los países de la zona euro. También porque son ediciones limitadas. O porque contienen algún tipo de error, imperfección o anomalía.
Así, por ejemplo, pueden valer entre 2.000 y 3.000 euros las monedas de dos euros de Mónaco con la efigie de la princesa Grace Kelly; o la moneda de idéntico valor lanzada por Lituania para conmemorar la Reserva de la Biosfera Zuvintas.
Pero también puede darse el caso de que las monedas que llevas en el bolsillo creas que son euros. Y la realidad es otra muy distinta. Son monedas de otros países que no pertenecen a la Unión Europea (UE). Además, su valor es inferior a uno y dos euros.
El aviso de la Policía
“¡¡¡OJO!!! Mucho cuidado cuando pagas con efectivo con las monedas que recibes. Hay muchas similares al euro pero con un valor bastante inferior. ¡Que no te las cuelen!”. Este es uno de los mensajes que, repetidamente, la Policía Nacional lanza sobre estas monedas que parecen euros pero que no lo son. La Guardia Civil también ha lanzado los correspondientes avisos.
Conviene indicar que no se trata de monedas falsas, ni de copias burdas de euro. Son monedas de curso legal, elaboradas por una serie de países que están en cualquier rincón del mundo, desde Latinoamérica a Asia, pasando por África.
¿Cuáles son esas monedas?
Al ser monedas de otros países, no tienen valor en la UE. Sin embargo, debido a su parecido, pasan de unos bolsillos a otros. En ocasiones, son traídas por personas que han estado en esos otros países, bien porque son originarios de allí, o bien porque han estado de vacaciones y a la vuelta se los han traído de recuerdo. O, simplemente, no los han cambiado por euros antes de regresar.
Se trata de monedas que se confunden con los euros porque tienen la misma forma y peso. También coinciden en sus colores, y en la combinación de metales. Hasta las imágenes que se representan, en ocasiones, son bastante parecidas.
Si nos centramos en América, en México tenemos la moneda de 5 pesos mexicanos, muy similar a la de dos euros. Sin embargo, su valor es de unos 25 céntimos. Más al sur, en Argentina, la moneda de peso es muy parecida también a los dos euros por su combinación plateada y dorada. ¿Su valor? Unos 0,0045 euros. Mientras que la de dos pesos se asemeja a la de euro. Otro peso, en este caso de la República Dominicana, guarda similitud con un euro, aunque su valor corresponde a 0,017 euros.
Cambiando de continente, y poniendo el foco en Asía, 10 baht tailandeses tienen un valor de 27 céntimos; y 10 pesos filipinos, 017 euros. En África, 5 dirham marroquíes son 0,45 euros; 20 chelines keniatas, 0,14 euros; y 5 rand sudafricanos, 0,26 euros.
[Si tienes estos billetes y monedas de 100 pesetas estás de enhorabuena: valen miles de euros]
Ya en Europa, la leva búlgara es como una gota de agua con el euro, pero su valor es de 0,51 euros. Otro caso curioso es el de la lira italiana, que fue sustituida por el euro, pero que sigue ‘paseándose’ por Europa dada su similitud. De hecho, fue el modelo que inspiró a las monedas de uno y dos euros.
Si se entrega una de estas monedas, que son legales, pero que no son aceptadas en los países de la UE, se podría estar incurriendo en un delito catalogado como estafa. Y todo porque se está usando una moneda sin valor. Según el Código Penal, sería así cuando una persona utiliza un engaño “con ánimo de lucro” para inducir a otra persona en un error que le perjudica.