Comienza la cuenta atrás para que los contribuyentes lleven a cabo una serie de movimientos que acaben traduciéndose en una declaración de la Renta de 2024 más favorable a sus intereses. Y los autónomos no son una excepción. Planificar bien la recta final del año puede hacer que se pague menos a Hacienda.

Para que este sueño acabe siendo realidad, disponen de un producto: los nuevos Planes de Pensiones de Empleo Simplificados (PPES) para autónomos. Se trata de una modalidad de ahorro desarrollada en la Ley 12/2022 de regulación para el impulso de los planes de pensiones de empleo.

Gracias a esta norma, no sólo las empresas pueden ofrecer planes de empleo. También lo pueden hacer trabajadores autónomos, colegios profesionales o mutualidades de previsión social en los que sus partícipes sean sólo trabajadores por cuenta propia. Asimismo, sociedades cooperativas y laborales, así como las organizaciones representativas de las mismas y las administraciones públicas.

¿Cuánto se puede invertir?

La cantidad que se puede invertir en un PPES es bastante superior a la de un plan de pensiones individual (PPI). Hablamos de 1.500 euros al año en este último supuesto, mientras que un autónomo puede llegar hasta los 5.750 euros.

“Los PPES ofrecen además una importante ventaja fiscal para aquellos que los suscriben por el derecho a la reducción de la base imponible del IRPF, ya que las aportaciones que el trabajador realice a su plan (con límites máximos anuales) se reducen de los ingresos del ejercicio, reduciendo así la tributación”, afirman desde Inverco (Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones).

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Y matizan: “Los autónomos pueden realizar aportaciones adicionales a Planes hasta alcanzar un límite total de 5.750 euros anuales, para deducirse en IRPF el total de aportaciones hasta la menor de las cantidades entre el 30% de sus rendimientos netos de trabajo y actividades económicas, o esos 5.750 euros”.

Un ejemplo: un autónomo que realice una aportación de 1.500 euros antes de final de año, y tenga unos ingresos de 20.000 euros anuales, podría reducir su factura fiscal por aportación a Planes en 360 euros. Si ese mismo autónomo aportase el importe máximo desgravable (5.750 euros), la desgravación alcanzaría 1.380 euros.

Otro caso: Si los ingresos anuales del autónomo fueran 40.000 euros anuales, la desgravación correspondiente a una aportación de 1.500 euros sería de 555 euros y con el máximo de aportación (5.750 euros), ese ahorro fiscal se incrementaría hasta los 2.128 euros.

Como ya he quedado reseñado, estos movimientos tienen que realizarse antes de fin de año para obtener los beneficios indicados. El 31 de diciembre es la fecha límite.

¿Y a más largo plazo?

Inverco también ha realizado una simulación de planificación de ahorro a más largo plazo. Por ejemplo, con la rentabilidad media anual actual de los planes de pensiones (3% en el largo plazo), un trabajador que aporte 1.500 euros anuales a un Plan de Pensiones Individual (PPI) obtendría una cuantía de 40.306 en 20 años.

En el caso de un trabajador autónomo que ahorrase 1.500 euros anuales en PPI y otros 1.000 euros a un PPES, durante 20 años, podría acumular un ahorro de 67.176 euros al finalizar ese periodo. Una cuantía que puede elevarse hasta los 188.503 euros, si mantiene esas mismas operaciones durante 40 años.

Una camarera autónoma trabajando en un bar en España.

Si realizase la aportación máxima que establece la ley en PPI y PPES, situada en 5.750 euros, su ahorro a los 20 años podría ser de 154.505 euros. Una cifra que se incrementaría hasta los 433.557 euros si mantiene esas mismas aportaciones durante 40 años.

Actualmente, existen 19 PPES de autónomos que están registrados en la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). Una oferta que, presumiblemente, seguirá aumentando. De esta manera, los más de tres millones de autónomos podrán beneficiarse de este instrumento de ahorro y pagar menos a Hacienda en la declaración de la Renta.