El coleccionismo de monedas y billetes, y otras piezas similares como medallas, es una costumbre y una disciplina que cada vez cuenta con más adeptos en España. Se podría decir que es una moda que ha resurgido con mucha fuerza. Y es que la numismática, nombre que recibe esta pasión, está en auge.
Cada vez hay más personas que participan de esta fiesta que ha ganado adeptos en los últimos años. La numismática está de moda y se ha convertido en un mercado muy importante en estos momentos en España. Los coleccionistas persiguen piezas codiciadas cada vez con más pasión e insistencia y eso provoca que se paguen auténticas fortunas por monedas que, por sí solas, no deberían valerlas.
Algunas de las monedas que más dinero llegan a mover en este tipo de mercados son las pesetas. Ejemplares con décadas de antigüedad que por alguna particularidad en su acuñación terminan suponiendo un gran tesoro. Así sucede con una tirada de monedas de 1 peseta que llegan a alcanzar valores de hasta 7.000 euros en algunas casas de subastas.
¿Qué pesetas valen ahora miles de euros?
La gran mayoría de las monedas de 1 peseta que más valor tienen en la actualidad pertenecen al siglo XIX. Es lo que sucede, por ejemplo, con unidades acuñados en el año 1869 y que son verdaderas joyas de coleccionista para los más expertos. Sin embargo, también hay algunos ejemplares del siglo XX que han adquirido un gran valor.
Las pesetas de la época de Franco han recibido un gran impulso en los últimos años. Un ejemplo muy claro son algunas monedas que pertenecen a tiradas especiales y que proceden de emisiones realizadas en el año 1946. Su valor reside, precisamente, en el momento en el que surgieron, en mitad de una España en plena posguerra y con escasez de cualquier material, pero especialmente de metales.
En ese momento ya se habían retirado las monedas de bronce de la época republicana y también las de antiguos reinados, por lo que fue el punto en el que nacieron las acuñaciones del estado español.
A partir del año 1944, se comenzaron a fabricar monedas que eran muy parecidas a los dinares yugoslavos. Estas presentaban una aleación de 90% cobre y 10% de aluminio. Por ello, las pesetas que surgieron a su imagen y semejanza tuvieron esa misma mezcla y un peso de 3,5 gramos junto con un diámetro de 21 milímetros.
Estas pesetas que ahora han adquirido un valor increíble e inesperado tienen más particularidades. Fueron ejemplares únicos en lo que a su diseño se refiere. Hasta ese momento, las acuñaciones no llevaban el rostro de Francisco Franco, sino que mostraban otros símbolos como el yugo, las flechas, el águila del escudo.
Pero a partir de ese año, y debido a que bajó la presión social del exterior, se encargó al escultor valenciano Mariano Benlliure y Gil realizar un busto que sería incluido en estas monedas. Por ello, estas monedas tendrían un aspecto diferente. En el anverso se mostraba el busto de Francisco Franco rodeado de la leyenda 'Francisco Franco Caudillo De España Por La G. De Dios' y el año '1946'. El reverso llevaba grabado el escudo de España, la leyenda 'Una Peseta' y las estrellas 19 -48.
A pesar de que sería la primera vez que el rostro del dirigente apareció en una moneda, el resultado no gustó al protagonista. Presentaban un bulto en la parte posterior de su cabeza que le incomodaba y tuvo que ser corregido por el grabador Manuel Marín. Por ello, a partir de 1947, estas pesetas fueron sensiblemente diferentes, haciendo a las de 1946 únicas y, por ende, tan valoradas con el paso del tiempo.
Esa particularidad provocó que estas pesetas tuvieran un sobrenombre dentro de los círculos numismáticos más distinguidos: la peseta Benlliure. Cuanto más escasa es una pieza, más valiosa es. Por ello, se han convertido en todo un tesoro. El desconocimiento sobre esta moneda es muy grande y no se sabe realmente cuántas se acuñaron. Se calcula que en torno a 1.000.
La leyenda dice incluso que todas o muchas de ellas llegaron por error al Banco Sabadell de Barcelona y de ahí entraron en circulación. Ahora se rumorea que existen menos de 150 ejemplares y solo una en calidad de 'sin circular'.
La moneda de este tipo por la que más se ha pagado es una pieza que formó parte de una subasta de la casa Hervera & Soler y Llach que alcanzó un precio de venta de 7.400 euros. Sin embargo, la media del gasto que han supuesto en los últimos años han rondado los 2.000 y los 3.000 euros. Así que, si tienes sospecha de haber tenido alguna de estas monedas en tus manos por destino, suerte o alguna herencia, ahora sabes cuánto pueden valer.