Confirmado: este impuesto hará que tu sueldo sea más bajo en 2025, así afectará a tu nómina
- A partir de enero de 2025, entrará en vigor una subida del MEI, un nuevo impuesto que reducirá las nóminas de la mayoría de los trabajadores.
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Con la llegada del nuevo año también lo hacen distintos cambios en ámbitos muy diversos, y algunos de ellos tienen que ver con los asuntos fiscales. En este sentido, conviene saber cómo afectará a tu nómina la subida de un nuevo impuesto a partir del 1 de enero de 2025, un incremento en un tributo que repercutirá de forma negativa en las nóminas percibidas por los trabajadores.
Estamos hablando del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), que es un porcentaje que se irá incrementando a partir del próximo ejercicio hasta llegar a alcanzar el 0,8%, e irá creciendo en los años sucesivos, aunque sin tener una repercusión positiva en la cotización para la pensión del propio trabajador.
El Mecanismo de Equidad Intergeneracional es un índice de aplicación en todos los supuestos en los que un trabajador cotiza para su jubilación, siendo obligatorio su pago para todo el mundo, si bien existen una serie de excepciones. Concretamente, podrán evitar cotizar por la contingencia de jubilación, y, por tanto, el MEI no les afectará en sus nóminas a aquellos trabajadores que sigan desarrollando su actividad laboral tras haber alcanzado la edad ordinaria de jubilación.
El objetivo del MEI
El objetivo del MEI es el de poder asegurar el poder adquisitivo de los pensionistas, además de ayudar a sostener el sistema público de pensiones. Este índice comenzó a aplicarse en las nóminas en el año 2023, pagando un porcentaje del mismo la empresa y el resto el trabajador. Desde entonces, el porcentaje de este tributo ha ido creciendo, con una previsión de crecimiento de un 0,1% anual hasta llegar, inicialmente, hasta el año 2050.
De esta forma, en 2025 el porcentaje a aplicar sobre la nómina será del mencionado 0,8%, del cual un 0,67% será abonado por la empresa y el 0,13% restante por el trabajador. En los años sucesivos irá creciendo en un 0,1% hasta llegar a un 1,20% en el año 2029, cuando un 1% será a cargo de la empresa y un 0,20% por parte del trabajador. A partir de 2030, el porcentaje será del 1,20%, con igual distribución para empresa y trabajador.
De esta forma, ese dinero que se descuenta de la nómina de los trabajadores y que se destina al Mecanismo de Equidad Intergeneracional no repercute en el abono de una futura pensión o prestación, por lo que no sirve de cara a la cotización. Así pues, se trata de un impuesto creado por el Gobierno con la intención de reforzar el sistema de pensiones, pudiendo así dar respuesta a la jubilación masiva que llegará en el momento en el que llegue a su fin la etapa laboral de la generación del baby boom.
La jubilación del 'baby boom' y sus efectos
La prosperidad económica de un país depende de factores diversos, y uno de ellos tiene que ver con su capacidad de producción y crecimiento. Para lograr un crecimiento será necesario disponer de los factores de producción, que son los motores del Producto Interior Bruto (PIB). En este sentido, España afronta un momento complicado, puesto que, si no se encuentra un reemplazo para la generación del baby boom, el PIB per cápita del país puede caer hasta un 20% a lo largo de las tres próximas décadas, recibiendo el mayor impacto de todos los países desarrollados.
La caída de la población en edad de trabajar hará que la economía de España afronte una situación delicada, pues ante la jubilación de millones de trabajadores con una larga esperanza de vida, hará que "pocos" trabajadores tengan que producir todo lo necesario para poder responder a las necesidades del conjunto de la población.
De esta manera, España comienza a vivir un momento histórico, pues después de que las primeras hornadas de los baby boomers comenzasen a jubilarse en 2023, en la próxima década continuarán accediendo muchos de ellos a la jubilación. Todo ello supondrá que en próximas décadas la población jubilada crecerá y se reducirá el número de trabajadores. De hecho, según las proyecciones demográficas llevadas a cabo por parte del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la población en edad de trabajar se reducirá en más de 800.000 personas hasta 2050.
Ante este panorama, resulta complicado poder aplicar políticas de inmigración o que impulsen una mayor natalidad, ya que no podrán revertir la situación actual a corto plazo. Aunque una mayor fertilidad e inmigración podrán suponer un impulso en el crecimiento demográfico, pero no se podrá hacer nada para detener el envejecimiento. A todo ello hay que sumar una dificultad adicional, y es que hay que tener en cuenta que el reemplazo de la generación del baby boom requiere de unos perfiles específicos de trabajadores, y no vale cualquier tipo de trabajador.
Otra posibilidad es la de alargar las carreras laborales y la tasa de empleo de las personas mayores. De hecho, aquí radica el hecho de que se haya tomado la decisión de alargar la edad mínima de jubilación de forma progresiva, hasta que, a partir de 2027 se exijan tener 65 años y 38 años y 6 meses o más cotizados, o bien 67 años con menos de 38 años y 6 meses cotizados.
Dada la situación del sistema público de pensiones, no se descarta que en los próximos años se tomen nuevas medidas que impliquen seguir alargando la edad de jubilación de los trabajadores.