Coleccionar billetes de peseta le puede salir muy rentable a quien lo ha hecho. La razón es bien sencilla: es posible que hayan aumentado de valor. Eso sí, siempre y cuando cumplan una serie de características. Por ejemplo, haber sido emitidos durante un periodo conflictivo como lo fue la Guerra Civil española.
Otras condiciones que se tienen en cuenta para que su valor suba como la espuma es que sean piezas limitadas difíciles de conseguir. O el estado en que se encuentra el papel; si han formado parte de tiradas especiales; o tienen algún tipo de error o anomalía que lo convierten en algo único.
Volviendo al tema de la Guerra Civil española, fue un periodo en el que hubo dos bandos. Y cada uno de ellos emitió su propio papel moneda. A continuación te contamos qué billete es el que más ha aumentado de valor con el paso de los años.
¿Qué billete de la Guerra Civil es el más valioso?
Bando republicano y bando nacional. Así se dividió España entre 1936 y 1939. Un hecho relevante que tuvo lugar durante esos años es que muchos ayuntamientos (sobre todo en el lado republicano) lanzaron emisiones propias de billetes. Entre otras razones, porque las monedas escaseaban, ya que muchas personas las guardaron e, incluso el gobierno, las usó para fabricar repuestos bélicos, por ejemplo.
Pero no fueron sólo los ayuntamientos. Instituciones regionales, sindicatos, partidos políticos, empresas colectivizadas y pequeños comerciantes emitieron su propia moneda. Un dato: a finales de 1937, había más de 7.000 tipos diferentes de billetes, sin contar los vales de los comerciantes.
“Las dos zonas en las que el país quedó dividido pusieron en circulación sus propios billetes y se produjo la que se ha denominado guerra de las dos pesetas, pues cada zona dispuso de su entidad emisora y de su propia unidad monetaria”, explica Teresa Tortella, del Banco de España, en el estudio ‘El billete español en la edad contemporánea: mucho más que un medio de pago’.
De esa época, hay un billete que ha disparado su valor sobre el resto. Y ese no es otro que el billete de 100 pesetas, de 1938, con la imagen de la Dama de Elche. Por el mismo se han llegado a pagar 20.000 euros en una subasta.
¿Por qué? Porque no llegó a ponerse en circulación al ser confiscado por el bando franquista. En la actualidad, la sala de subastas Aureo & Calicó tiene uno de ellos a disposición del público. Su estimación es que puede llegar a los 12.000 euros.
Tiene color marrón y violeta y una numeración 0000000 en negro. “El código alfanumérico manuscrito en tinta en el margen inferior ‘D712’, corresponde al archivo de Thomas De La Rue”, indican desde la casa de subastas.
Respecto a su estado, “presenta ondulaciones propias del papel y conserva tanto el relieve como su apresto original. Muy buen ejemplar”. Además, lo califican tanto de “rarísimo” como de “bellísimo” y se entrega encapsulado.
Otros billetes de la época también han inflado su valor, pero no hasta esos extremos. Por ejemplo, un billete con la imagen del Alcázar de Toledo. Emitido en 1936, y con un valor de 1.000 pesetas, su precio de venta puede llegar a los 3.600 euros. Fue impreso en Alemania, concretamente en Leipzig, por Giesecke y Devrient.
También se encargó a Alemania la fabricación de un billete de 500 pesetas, en este caso, con la imagen de la catedral de Santiago de Compostela. Fechado en Burgos (zona nacionalista), se vende por unos 1.200 euros.
Volviendo al bando republicano y los billetes emitidos, tras la finalización del conflicto fue, literalmente, papel mojado. Hablamos de 13.251 millones de pesetas de dinero legal en circulación más los saldos de las cuentas bancarias: 10.536 millones. Cálculos que aparecen en el libro ‘La España de Franco’ de los profesores Carlos Barciela, María Inmaculada López, Joaquín Melgarejo y José A. Miranda.