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Con la llegada del euro, hace más de dos décadas (y parece que fue ayer), una expresión se volvió muy habitual entre todos los ciudadanos: al convertir el precio de un producto de euros a pesetas, se decía que equivalía a un valor “de las antiguas pesetas”. ¡Ni que hubieran pasado 1.000 años!

Es probable que los más jóvenes no tengan mucha idea de cómo eran esas pesetas (a las que también se les llamaba rubias o duros), a menos que sus padres o abuelos se las hayan enseñado. Esta moneda, anterior al euro, fue utilizada en España durante más de 130 años.

Muchas personas todavía conservan monedas y billetes de pesetas, siendo especialmente comunes los de 100 y 500 pesetas, muy utilizados por las generaciones mayores. Hubo una época en la que productos cotidianos como un café, un periódico o una caña de cerveza costaban 100 pesetas. Incluso existían las populares tiendas de “Todo a 100”.

El último billete de 500 pesetas que tuvieron en sus manos los españoles.

Son varios los factores que influyen en que un billete acabe disparando su precio. Por ejemplo, el año en que se emitió o su estado de conservación. Esto último es muy relevante ya que el papel es más difícil de conservar que las monedas. Sin olvidar que se trata de billetes que ya no están en el mercado.

Otro aspecto que es tenido en cuenta por los coleccionistas es el relativo a los grabados que llevan impresos los billetes. Su extraordinaria belleza suma respecto a su valor, tanto como lo hacen las firmas que incorpora, que formen parte de tiradas especiales o los errores a la hora de ser impresos.

¿Qué billetes de 500 pesetas son los más valiosos?

A lo largo de la historia, son varios los billetes de 500 pesetas que circularon en España. ¿El último? El que portaba la imagen de Rosalía de Castro. Pero éste no es el más valioso. Hay que echar la vista más atrás en el tiempo.

Así, por un billete de 500 pesetas de 1903 se han llegado a pagar 17.500 euros (aunque hay expertos que inflan esa cantidad hasta los 20.000 euros). ¿Cuál es? Uno diseñado por Bartolomé Maura y Montaner, uno de los principales grabadores en la recta final del siglo XIX, y que fue impreso mientras reinaba Alfonso XIII.

Este billete de 500 pesetas cuenta con el Dios Mercurio con casco alado sobre globo terráqueo en el anverso. A su izquierda, la imagen de Mercurio tiene un caduceo y a la derecha aparece dinero. Mientras que, en el reverso, aparecen dos mujeres alegóricas que están cosechando trigo y tejiendo.

Otro billete, en este caso de 1874, y con el busto de Goya en el anverso, tiene un valor de entre 15.000 y 20.000 euros. 

Billete de 500 pesetas de 1903. Ibercoin

Recientemente, la sala de subastas Aureo & Calicó ha puesto en el mercado diferentes ejemplares de diversos años. Así, por un ejemplar de un billete de 500 pesetas de 1876, con la figura de Lope de Vega, se han pagado 7.500 euros; y por otro de 1884, con la figura del Conde de Floridablanca, 15.000 euros.

Sin embargo, no son los billetes por los que se pueden sacar una mayor cantidad en la actualidad. Ese honor, como no podía ser menos, recae en los primeros que entraron en circulación el 1 de julio de 1874 con valores faciales de 25, 50, 100, 500 y 1.000 pesetas. Se pueden pagar hasta 30.000 euros.