Recibir una herencia puede llegar a ser una bendición para algunos y una auténtica pesadilla para otros, y una prueba de ello es que cada vez hay más personas que deciden renunciar a ellas, aunque esto tampoco es gratis.

De acuerdo a lo estipulado en el artículo 1007 del Código Civil, cuando hay varios herederos, no todos tienen la obligación de aceptar la parte de legado que les corresponde, por lo que algunos legatarios pueden aceptarla y otros repudiarla. La renuncia es un acto libre, voluntario e irrevocable, lo que significa que, una vez rechazada, no es posible dar marcha atrás.

Los herederos, por lo tanto, deben ser conscientes de que la renuncia no se presupone, por lo que es necesario repudiar la herencia de forma expresa y formal, de manera que puede patente la voluntad de rechazarla, además de ser imprescindible la presencia de un notario o juez para formalizar la renuncia.

La ley, no obstante, no exige que se justifique la renuncia a una herencia, por lo que no será necesario declarar ningún motivo, si bien los motivos más habituales por los que se rechaza tienen que ver con el aspecto económico, ya que también se heredan las deudas, y en algunas ocasiones estas superan el valor de los bienes que se van a recibir.

Tipos de renuncia a una herencia

Existen dos formas diferentes de poder renunciar a una herencia, siendo la primera de ellas la renuncia simple o pura, que tiene lugar cuando un heredero renuncia sin la intención de beneficiar a nadie en particular, por lo que su parte de la herencia pasa a incrementar la de otros de los legatarios del mismo grado de parentesco.

En este caso, la persona que renuncia a la herencia nunca llega a recibir los bienes que le corresponderían del legado del fallecido, y por esta razón, no está obligada a pagar el impuesto de sucesiones.

El otro tipo es la renuncia traslativa, en la que el heredero renuncia para beneficiar a otro heredero concreto o a una tercera persona, y para poder hacerlo, en primer lugar, tendrá que aceptar la herencia para luego, de forma inmediata, trasladarla a otro.

Esto es lo que se conoce como cesión de derechos hereditarios, casos en los que el renunciante tendrá que pagar el impuesto de sucesiones y de plusvalía municipal, para encargarse el beneficiario de desembolsar el impuesto de donaciones cuando la cesión de los bienes se realice de forma gratuita.

¿Cuándo hay que renunciar a una herencia?

Aunque en el Código Civil no se fija ningún plazo determinado para poder renunciar a la herencia, sí que deja claro que no es posible hacerlo antes de que fallezca la persona de la que se recibirá la herencia.

De igual modo, la Ley de Jurisdicción Voluntaria recoge la posibilidad de que, una vez transcurridos 9 días desde el fallecimiento, si no ha habido renuncia ni aceptación de la herencia, cualquier interesado que acredite su interés en el que el heredero acepte o repudie la misma, podrá acudir al notario para que este lo comunique al llamando, teniendo desde ese momento un plazo de 30 días naturales para aceptar o repudiar la herencia de la que es beneficiario.

Por ejemplo, si el fallecido tiene alguna deuda pendiente, el acreedor, para tratar de cobrarla, puede necesitar que el legatario acepte o no la herencia. Por lo tanto, si el heredero no comunica su intención con respecto al legado en el plazo de tiempo determinado, se entiende en el derecho común que es aceptada, si bien hay algunas comunidades autónomas en las que puede variar, puesto que cuentan con regímenes específicos.

Cómo renunciar a una herencia

Renunciar a una herencia puede ser un proceso un tanto complejo que requiere de determinados pasos legales para poder asegurarse que esta es efectiva y válida, siendo recomendable ponerse en las manos de un abogado experto en derecho de sucesiones, el cual ayudará a la hora de seguir todo el proceso y poder evitar cometer errores.

Es necesario, en cualquier caso, redactar una declaración por escrito en la que se exprese la voluntad de renunciar a la herencia, para así presentarla ante una autoridad competente, como un juez o un notario, siendo importante que esta sea clara y concisa y se encuentre debidamente firmada y fechada.

Es necesario asegurarse de cumplir con todos los requisitos legales establecidos para la renuncia a una herencia, los cuales pueden variar en función de la jurisdicción, por lo que conviene recibir un buen asesoramiento.

Una vez hechos los pasos anteriores, habrá que proceder a notificar al resto de herederos y personas involucradas acerca de la decisión de renunciar a la herencia. Para ello se puede realizar a través de una comunicación formal por escrito, preferiblemente a través de una carta certificada con acuse de recibo o un burofax.

Para finalizar, habrá que presentar la renuncia formalmente ante notario o juez competente, asegurándose de seguir los procedimientos establecidos y presentar todos los documentos necesarios. Al renunciar a una herencia se deben considerar todos los aspectos legales, financieros y personales involucrados.

Por este motivo, conviene siempre recibir asesoramiento por parte de un profesional que se encuentre especializado en herencias, de forma que se pueda proporcionar la orientación necesaria para tomar la mejor decisión en tu situación en particular, protegiendo los intereses y evitando problemas futuros.