Las infraestructuras, el 5G y la salud se han convertido en las temáticas favoritas de los gestores de fondos ante la segunda ola de Covid-19 que estamos viviendo. En el tercer evento ‘online’ de Aseafi (Asociación de Empresas de Asesoramiento Financiero) desde que se expandiera la pandemia de coronavirus, se ha puesto de relevancia que, si bien no se espera una recuperación económica global hasta 2023 o 2024, China ya está mostrando el primer rayo de esperanza.
Así lo asegura David Cano, socio director de AFI Analistas Financieros. “China ha salido antes de la crisis porque ha aplicado políticas monetarias y fiscales más expansivas. De hecho”, recuerda, “el yuan se está recuperando contra el dólar y el euro”. En términos de PIB, el gigante asiático se aproxima a Estados Unidos en la guerra que mantienen ambos países por liderar la economía mundial y amplía la brecha con el resto de economías. Sus tipos de interés están en torno al 3%, y “se siguen apreciando”. Por todas estas razones, “China merece ser un activo financiero en sentido propio que esté en las carteras de los inversores”, considera Cano.
El experto de AFI prevé que los beneficios empresariales de las compañías que componen el índice MSCI World caerán un 24% en 2020, por la crisis de la Covid, aunque crecerían un 29% en 2021 y un 16% en 2022. Su apuesta central para este contexto es estar largo de renta variable, ya que las acciones recogerán las mejoras de la economía.
No obstante, apunta hasta cinco coberturas distintas para mitigar posibles caídas en las bolsas si los rebrotes van a más y las vacunas no llegan pronto: ETF de volatilidad, ETF corto en riesgo de crédito, ETF sobre expectativas de inflación, ETC de metales preciosos (oro, plata o paladio) y el dólar.
Respecto a este último, es “el activo refugio que mejor ha funcionado”. “Lo hemos visto este año. En momentos de ‘risk-off’, se ha apreciado enormemente”, y Cano recomienda entrar en la divisa norteamericana mediante la compra de deuda pública estadounidense, incluso sin cubrir a euros. En concreto, en los bonos a diez y a 30 años, que hoy cotizan en el entorno del 0,68% y del 1,43%, respectivamente. “Si tenemos una nueva recaída, pagarán”, pronostica el economista.
Criterios sostenibles
En un entorno donde el 67% de los bonos globales cotizan por debajo del 1%, la renta variable ligada a megatendencias de futuro es la clave. El coronavirus ha acelerado temáticas como las infraestructuras, el 5G y la salud.
En M&G Investments, la inversión en infraestructuras se lleva desde el equipo de ‘equity income’, el área encargada de las acciones que reparten dividendos sostenibles y crecientes en el tiempo. Aeropuertos, puertos, hospitales, colegios, universidades y residencias de estudiantes, u otras construcciones civiles. Desde las grandes torres de comunicación a los centros de datos, estos son algunos de los subsegmentos donde invierten sus gestores.
“Las cotizadas de gas, agua y electricidad han aguantado muy bien durante la crisis, porque son bienes vitales para el día a día”, defiende Alejandro Domecq, sales manager en M&G. Por otra parte, “las energías renovables, la economía circular, el transporte limpio y el hidrógeno son pilares de la sociedad tras el Acuerdo de París”, y van a generar importantes oportunidades de inversión.
La firma aplica los criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés) a la inversión en infraestructuras cotizadas. Domecq resalta que, según estudios internacionales, entre un 25% (en las empresas sanitarias) y un 60% (en las financieras) del Ebitda podría perderse por cambios en la regulación hacia una economía más verde, por lo que hay que buscar las cotizadas más sostenibles y rentables al mismo tiempo.
Del 5G a la salud
La conectividad, que permite la inteligencia artificial, también va a ser un nicho de inversión potente en la “nueva normalidad” surgida tras el virus. “El ser humano ha avanzado en los dos últimos meses lo que deberíamos haber avanzado en dos años. El 5G es una tendencia estructural y entra en la edad de oro. Las conexiones móviles serán 20 veces más rápidas con el paso del 4G al 5G”, augura Óscar Esteban, director de Ventas para España y Portugal de Fidelity International.
Esta gestora invierte en toda su cadena de valor: en los dinamizadores, en los creadores de redes y en los innovadores. Es decir, desde las Ericsson o Intel hasta las mismas aplicaciones de ‘e-commerce’, sanidad, ‘gaming’ o ciudades inteligentes. En respuesta a los que opinan que las grandes tecnológicas de Wall Street cotizan a un PER muy elevado, sobre todo las FAANG, Esteban explica que, “si están caras, es porque su alta generación de ingresos lo justifica”.
Por otro lado, los inversores tampoco deben perder de vista al sector salud, un “sector defensivo que sirve para apuntalar la parte central de la cartera”, según Álvaro Ramírez, vicepresidente ejecutivo de ventas para el mercado español de JPMorgan Asset Management.
“Vamos a vivir más, pero vamos a necesitar más dinero para cuidar las dolencias crónicas”, adelanta. Entre los factores que apoyan al sector sanitario en bolsa, están el menor ruido político, un aumento del interés por parte de los inversores y el propio impacto de la Covid. Las cotizadas a seguir se centran en la innovación (terapias disruptivas), las nuevas tecnologías y el ‘hardware’ y los aparatos necesarios para desarrollar las nuevas terapias.
El avance de los emergentes también favorece a este sector. “Ya presentan características propias de los países ricos (diabetes o enfermedades cardiovasculares), con más gasto en sanidad (de un 4,5% a un 7% en promedio sobre PIB del 2006 al 2016) y una rápida urbanización (que trae asma y otras enfermedades respiratorias). Además, tienen más renta disponible y, cuanto más renta, más porcentaje del salario gastan los ciudadanos en salud, tratamientos y calidad de vida”, detalla Ramírez. Todos estas megatendencias pueden jugarse mediante fondos específicos.