El prolongado entorno de bajos tipos de interés está machacando las expectativas de los inversores que, históricamente, han repartido un 60% de su cartera a la renta variable y otro 40% a la renta fija. Si bien esta cartera tan común ha dado una rentabilidad media anual cercana al 10% desde 1983, esta misma proporción de activos solo rentabilizará por debajo del 4% en los próximos años.
Así lo ha avanzado en una presentación A&G Banca Privada. La firma española también ha analizado el riesgo de esta distribución de acciones y bonos y el mensaje a futuro es claro: “igual riesgo para menos rendimiento”. La volatilidad histórica de las carteras 60/40% ha estado próxima al 11% y, en adelante, se situará en torno al 10%, apenas sin cambios. De esta forma, quien sale perdiendo en el binomio rentabilidad-riesgo es la primera parte, la que todos los inversores miran en primer lugar.
Con este contexto donde el precio del dinero está deprimido y las subidas serán cada vez menores, “olvidémonos de las carteras de solo renta fija y renta variable”, ha animado Diego Fernández Elices, director general de Inversiones de A&G. El gestor ha aconsejado a los inversores introducir en sus carteras activos alternativos cotizados (fondos long/short de bolsa, por ejemplo) y no cotizados, materias primas como el oro y, sobre todo, “mucha gestión activa y flexible”.
Respecto a los activos ilíquidos como el capital riesgo o las infraestructuras, ha recomendado no exponerse más de un 20% o un 25%, ya que “la liquidez es un activo que no vale mucho… hasta que se necesita”. Desde hace muchos años, el banco privado se ha movido entre porcentajes del 10% y el 20% en este nicho del mercado, en un proceso que consideran “muy meditado”. “Siempre nos han calificado de muy arriesgados y, sin embargo, hoy estamos en el consenso”, según Fernández Elices.
Aunque el año ha sido muy duro por la crisis del coronavirus, A&G ha dejado algunos mensajes para el optimismo: “Una tercera ola de la pandemia parece cada vez menos probable y vamos a un ciclo alcista sostenido”. En opinión del experto, las bolsas solo están “ligeramente caras”.
Sin bolsa española
"Si, en 2021, los beneficios crecen un 23% en Estados Unidos, las bolsas podrían abaratarse un 10% (en PER) y todavía subir un 10% en precio", ha aventurado Fernández Elices.
El gestor sigue teniendo dudas respecto a España, donde hay grandes diferencias de valoración. “Cuando se resuelvan algunos aspectos, habrá mucho que ganar, pero ahora no tenemos prisa por entrar”, ha reconocido. A pesar del rally que se ha marcado el Ibex 35 en noviembre, del 25%, sigue siendo el peor índice bursátil europeo.
“Solo hemos hecho pequeños movimientos concretos en la bolsa española”, en el sector industrial ligado a automóviles, muy penalizado los meses de atrás por la falta de visibilidad ante la Covid, así como algunas operaciones “con un enfoque de trading a corto plazo”, en los bancos y las hoteleras.
Renta fija
En el espectro de deuda, Germán García Mellado, gestor de renta fija, ha abogado por el crédito en detrimento de los bonos gubernamentales, que en la eurozona solo jugarían en relativo.
En los bonos privados, apuesta por la deuda financiera, la deuda subordinada corporativa y los sectores penalizados por la pandemia, “pero en emisores que presenten buenas métricas de crédito”. “Yendo siempre nombre a nombre, en los sectores del automóvil, inmobiliario o consumo todavía hay valor en algunos emisores”, ha confiado.
En cuanto a la curva americana de deuda, donde visualiza un incremento de la pendiente, opina que “los largos plazos lo van a hacer peor que los medios, por el aumento de la inflación” en Estados Unidos.
García Mellado se ha mostrado crítico con los inversores que se tiran a por los bonos verdes sin más. “Para un gestor que tiene un folleto amplio y flexible de inversión en renta fija, como es nuestro caso, prefiero el mismo riesgo de crédito de un emisor en su bono normal, porque los bonos verdes están pagando cupones inferiores”. No obstante, ha puntualizado, “entiendo que ciertos gestores, si en su folleto se incluye la sostenibilidad y cada vez son más, tengan obligación de comprar estas emisiones, y de ahí que parte de los flujos de dinero se estén yendo a los bonos verdes”.