¿Por qué invertir en una acción o un bono y someterse a los vaivenes del mercado cuando se puede invertir en cuadros de Picasso o Tiziano? Al fin y al cabo, es un mercado que no deja de crecer. Esa es la idea por la que compiten dos gestoras de capital riesgo, ArtsGain y Navis Capital, que están en la fase final de una carrera por lanzar el primer fondo de inversión en arte de España.
Esta carrera comenzó hace dos años, en 2018. Por aquel entonces, Navis Capital anunció que preparaba junto a Global Institutional Investors y WeCollect Club el primer fondo en este nicho de negocio. Ahora ha sido ArtsGain, autorizada en octubre por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), quien ha hecho pública la misma intención. El fondo de esta podría estar listo en las próximas semanas, mientras que desde Navis confirman a Invertia que van a esperar a 2021 para retomar el debut de su vehículo, una vez la situación de la Covid sea más estable y comprueben qué ocurre con las ferias de arte.
En una conferencia virtual con los asesores financieros de Aseafi, dos de los responsables de ArtsGain han dado algunas pinceladas de lo que será su proyecto. Constará de una batería de fondos -a priori, tres- con distintas estrategias (o estilos artísticos) disponibles desde los 100.000 euros y sin liquidez diaria. Cada fondo albergará entre 30 y 50 obras y, a tenor de la vida media de los fondos de arte que hoy se comercializan en el mundo, su duración podría ir de los siete a los diez años. Las pinturas serán su principal activo, pero también habrá antigüedades.
El arte entendida como activo financiero “aporta menor volatilidad, con alta inflación rinde más y es un valor refugio dada su baja correlación con los índices bursátiles”, explica Xavier Olivella, consejero delegado de ArtsGain. El entorno de bajos tipos de interés es un acicate. “El arte es para siempre. Además, invertir en arte es sostener el arte”, añade Ilaria Cavazzana, directora de Arte de la gestora.
No en vano, el índice The Artprice100 Index subió un 8,9% de forma anualizada entre el 2000 y 2018, unas 2,5 veces más que el S&P 500, lo que da cuenta del gran negocio que resulta el arte para los inversores.
Democratizar el arte
ArtsGain colaborará con Solventis para el control de riesgo de los fondos y con SIT para la custodia de las obras de arte. Algunos fondos serán de buy & hold, comprarán activos y los mantendrán hasta el final, y otros serán de flipping, por lo que rotarán la cartera durante la vida del vehículo. Todos van dirigidos a clientes profesionales e institucionales, aunque “estamos democratizando la inversión en arte”, subraya Olivella.
Cabe recordar que la quincena o veintena de fondos internacionales de esta tipología piden mínimos de entrada, por lo general, de dos millones de dólares.
En la mayoría de casos, trabajarán con artistas consagrados, siempre comprarán obras por encima de los 100.000 euros y un perito externo valorará cada obra. Además, algunas obras serán cedidas temporalmente a instituciones terceras, con lo que se generará una renta extra para los inversores del fondo.
Sin ir más lejos, en 2023 será el 50 aniversario de la muerte de Picasso, y habrá numerosas muestras de arte cubista que comprarán o alquilarán cuadros del pintor malagueño.
El proyecto que delineó en su momento Navis, que últimamente se ha centrado en fondos de hoteleras, pretende invertir el 50% de la cartera en arte histórico o de grandes maestros, el 30% en arte vanguardista y el 20% restante en arte emergente. Incluso apuntó una cifra de retorno neto por encima del 9% anual para los inversores durante ocho años. ArtsGain sin embargo no ha dado más detalles por ahora respecto a estrategias concretas o proyecciones de rentabilidad.
De Leonardo a Frida
El mercado global del arte movió 64 billones de dólares en 2019, un 5% menos que el año anterior, aunque se ha mantenido estable en los últimos ejercicios. El 84% se concentra en Estados Unidos, Reino Unido y China. El país norteamericano y el gigante asiático no paran de crecer, mientras que, dentro de Europa, Francia se está llevando la parte del pastel de Reino Unido.
El mercado del arte nació en el siglo XVIII de la mano de las galerías privadas, y fue con los impresionistas del XIX cuando explotó. “Fueron los primeros en elegir su propio estilo, compitiendo con los establecidos por el gobierno”, ilustra Cavazzana. El clímax de este mercado tuvo lugar en los años 80 del siglo XX, gracias a la globalización y al nacimiento de nuevos ricos que amasaron fortunas a través de las finanzas y que veían en el arte un símbolo de estatus.
Los fondos pioneros que invirtieron en arte (La Piel del Oso, el Fondo de Pensiones del Ferrocarril Británico o Artemundi Global Fund) cosecharon notable éxito. El primero multiplicó por diez el capital invertido en solo cinco años. El segundo hizo un 11,3% anual y el tercero, más de un 17% al año.
En la actualidad, el 80% de la compraventa de obras artísticas procede del arte contemporáneo, pero se siguen pagando grandes cantidades por obras de clásicos como Leonardo o Rafael, pertenecientes al subsegmento de los old masters.
Por otra parte, también está despuntando la inversión en obras hechas por mujeres. “La mujer artista está en auge, bien porque estaba olvidada bien porque estaba oculta”, indican. Las creaciones de la mexicana Frida Kahlo o la japonesa Yayoi Kusama cotizan al alza.