Las gestoras de fondos auguran un buen 2021 para su negocio pese al clima de incertidumbre económica que reina por culpa todavía de la pandemia. Nueve de cada diez entidades en España pronostican captaciones netas este año y casi la mitad prevé que serán superiores a 3.000 millones de euros. De cumplirse esta cifra, sería casi el triple de lo registrado el ejercicio pasado. No obstante, pese al tono positivo de su discurso, sus profesionales vigilan de cerca el excesivo riesgo minorista tomado durante el 2020.
Según la XI encuesta del Observatorio Inverco, casi la mitad (49%) de las entidades pronostica suscripciones netas positivas, hasta 3.000 millones, y un 45% superiores a los 3.000 millones incluso. En relación con las categorías en las que prevén mayores suscripciones, las gestoras mencionan los fondos mixtos, seguidos de los de renta fija y, como tercera opción, los vehículos garantizados y de rentabilidad objetivo.
Cabe recordar que, en el año de la pandemia, los fondos españoles han conseguido cerrar con más de 1.160 millones en captaciones netas, superando las fuertes salidas de dinero en marzo, abril y principios de mayo. Eso sí, estas entradas fueron algo más de 530 millones menos que en 2019.
Otro aspecto a destacar de la encuesta del Observatorio Inverco es que, por primera vez en cinco años, según la opinión de las gestoras, los depósitos se sitúan como principal competidor de los fondos de inversión (33%), por delante de los inmuebles (30%), mientras que un 18% cree que será la inversión directa (bolsa o renta fija).
Esto entronca con lo que opinan los analistas profesionales de fondos de inversión. La última encuesta global a selectores de fondos, que realiza anualmente Natixis Investment Managers, advierte que existe un creciente temor entre los compradores mayoristas sobre si los inversores individuales serán capaces de sortear con éxito los riesgos que afrontan en 2021.
Volatilidad y tipos negativos
“Resulta probable que los fuertes repuntes registrados en el mercado durante la pandemia hayan provocado que los inversores minoristas asuman riesgos más a la ligera que antes de la Covid-19, y un 78% de los compradores de fondos está preocupado por que un aumento de la volatilidad pueda hacer que estos particulares liquiden sus inversiones de forma prematura”, plantea la encuesta de la gestora gala.
“Aunque los selectores de fondos no creen que la economía vaya a recuperar su nivel pre-Covid este año, afrontan esta situación sin precedentes con un plan claro y calculado que sentará las bases para los próximos años”, señala Sophie del Campo, directora general de Natixis IM para Iberia, Latam y US Offshore.
Los más de 400 profesionales consultados por la gestora francesa consideran que existe un sesgo hacia la inversión value: alrededor de tres quintas partes prevén que las acciones de valor superen a las de crecimiento tras más de una década donde ha sido al revés. Por otro lado, cerca de la mitad afirma que los mercados emergentes parecen ahora más atractivos que antes del coronavirus. Además, un 70% prevé que la inversión activa bata a la pasiva.
Entre lo que hay que vigilar, la volatilidad y los tipos negativos constituyen respectivamente el primer (49%) y segundo riesgo (39%) de cartera para los compradores de fondos globales en 2021. Otros riesgos que les preocupan son la inflación (37%), una contracción del crédito (34%) y problemas de liquidez (25%).
La calidad sigue pagando
Una de las últimas firmas en presentar su estrategia de inversión para este año ha sido Abante, que tiene un enfoque constructivo, sobreponderado en renta variable y con una estrategia quality y temática, un poco al margen de la tendencia general esbozada por la encuesta de Natixis IM.
“Hay una parte de la bolsa, tradicionalmente considerada como más estable y resiliente, que a los precios actuales tiene mucho atractivo. Por eso”, explica Marta Campello, socia y gestora de fondos en la firma, “preferimos tener buenas compañías, estables, con negocios crecientes y resilientes que nos paguen dividendos interesantes”.
Esto implica posicionarse en “marcas que son líderes en sus industrias, que tienen bajos niveles de deuda, activos intangibles valiosos y flujos de caja estables y que, a lo largo del tiempo, son capaces de beneficiarse de ese efecto del interés compuesto que supone que tengan ROE muy estables y que, además, están cotizando a múltiplos atractivos”.
A través de fondos globales, acompañados de estrategias core en Estados Unidos, Europa y Japón, tienen exposición a grandes compañías de consumo básico, farmacéuticas y firmas de lujo como Nestlé, Roche, Nike o VISA. “También tenemos exposición a otros sectores como tecnología y salud, que en 2020 se erigieron como los sectores de calidad por excelencia”, añade Campello.
Lo anterior supone el 75% de la cartera de renta variable, y el otro 25% más táctico se inclina hacia las pequeñas y medianas capitalizadas estadounidenses; hacia sectores más value relacionados con el entretenimiento, el turismo y el ocio, como Booking.com, Expedia, Marriot o Walt Disney; inversiones temáticas como semiconductores, inteligencia artificial, el coche autónomo, la impresión 3D o realidad virtual y, por supuesto, al gran mercado emergente de nuestros días, China.