Una imagen referencial sobre inversiones sostenibles.

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Fondos de inversión

Los ETF sostenibles pulverizan récords históricos al captar el cuádruple de inversión

Más de la mitad del capital invertido en Europa hasta marzo en fondos cotizados ha ido a parar a este tipo de productos.

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La pandemia comienza a remitir, pero no así la fiebre por los ETF sostenibles que desde hace meses contagia los mercados europeos. Los fondos cotizados de inversión con criterios de sostenibilidad ambiental social y de gobernanza (ASG) no solo siguen en racha, sino que han pulverizado todos los registros históricos con un volumen de inversión más de cuatro veces superior al de hace un año.

Los cada vez más numerosos y populares ETF sostenibles han sido el destino de inversión elegido por un volumen histórico de 28.600 millones de euros a lo largo de los tres primeros meses del año. Una cifra récord que adquiere toda su magnitud si se tiene en cuenta que en el mismo periodo del ejercicio pasado, el 2020 de la pandemia, solo captaron 6.200 millones de euros.

El salto es de nada menos que un 361%, con lo que incluso está más cerca de multiplicar por cinco que por cuatro las cifras de hace un año. Así se desprende de las cifras que aparecen recogidas en el último informe Money Monitor publicado esta semana por Lyxor, la gestora especializada del grupo Société Générale cuya venta a Amundi ha sido recientemente anunciada.

Diversificación e impacto

Entre los muchos factores que han impulsado la entrada de capitales en estos fondos cotizados sostenibles destacan dos. El primero de ellos y causante de buena parte de esta repentina fiebre está en la búsqueda de fórmulas para diversificar cartera como antídoto a la incertidumbre reinante.

Y es que muchos han encontrado en los ETF una vía de acceso con costes muy ajustados a estrategias o temáticas de inversión muy específicas. Una descripción en la que casa a la perfección el universo de la inversión ASG.

Monedas y billetes de euro de distintas denominaciones.

Monedas y billetes de euro de distintas denominaciones.

El segundo factor reside en el objetivo de contribuir a una economía más social con la inversión, compartido por un imparablemente creciente número de inversores institucionales y particulares. Si bien es cierto que esta circunstancia viene de más lejos, la pandemia ha acelerado también la adopción de la sostenibilidad como palanca de reconstrucción.

Aquí, la fiebre se da tanto por la parte de la demanda -inversores- como de la oferta -gestoras-, tal y como se puede comprobar al revisar el creciente catálogo de productos especializados en inversión de temática sostenible que las firmas europeas ofrecen a sus clientes. Amén de que productos de cualquier otra orientación integran cada vez más los criterios de análisis ASG en su metodología.

Un cúmulo de factores a los que el mercado español tampoco es ajeno. Los primeros espadas de varias de las grandes firmas nacionales de gestión de activos coincidieron recientemente en sus intervenciones en el ‘Observatorio de las Finanzas’ organizado por este portal en la capacidad de la inversión sostenible como elemento dinamizador de la economía, de la industria y de sus números de negocio.

Una circunstancia que no sorprende si simplemente se consideran las milmillonarias partidas que los planes de estímulo desplegados por administraciones de todo el mundo confieren a esta materia.

Más de la mitad

Con todos estos puntos, no resulta tan extraño el fuerte incremento registrado por los fondos cotizados sostenibles en los últimos meses. Y tampoco lo es el hecho de que un 57% de todo el capital canalizado hacia ETF en Europa en el primer trimestre se haya dirigido hacia este tipo de vehículos. Aunque no deje de sorprender que eso suponga holgadamente más de la mitad del total.

Si se tienen en cuenta datos referidos únicamente al mes de marzo, los ETF sostenibles recibieron la entrada neta de 7.300 millones de euros. Esta cifra representa un significativo del 43,5% de los 16.800 millones captados por el conjunto de la industria europea de ETF y contrasta con los 2.100 millones retirados por los inversores de fondos cotizados especializados en renta fija.

Hace justo un año, cuando el entonces conocido como virus de Wuhan traspasaba las fronteras de Europa, los números ya eran especialmente favorables para estos productos con un toque ‘verde’. Si en el conjunto de los ETF se sufrió una sangría de 26.200 millones de euros, en los sostenibles se registró una entrada de capitales de unos modestos pero elocuentes 400 millones de euros.

Llegados a este punto, el informe de Lyxor señala que los ETF guiados por factores de inversión ASG ya aglutinan activos bajo gestión por 1,228 billones de euros en Europa. Un capital que se concentra especialmente en vehículos con el foco puesto en renta variable de países desarrollados, categoría que aglutina por sí sola 563.400 millones de euros.