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Desde que Mapfre adelantara en año y medio la posibilidad de subir del 10% al 20% su participación en Abante, el mercado se ha llenado de rumores. Los corrillos financieros apuestan porque la aseguradora más pronto que tarde pasará a ser el accionista mayoritario de la gestora de patrimonios. Sin embargo, Santiago Satrústegui, presidente de Abante, calma los ánimos afirmando que “la estructura accionarial apunta a que la independencia se puede proyectar mucho más tiempo”.

El acuerdo de socios entre Abante y Mapfre se centra ahora en desarrollar el modelo de banca privada (o asesoramiento) independiente “a un nivel superior, con más escala y nuevos proyectos”, afirma Satrústegui en una entrevista con Invertia.

El directivo defiende a ultranza el modelo de independencia que sigue su firma y, por ende, comparte Mapfre. Y nada tiene que ver con las nuevas obligaciones europeas derivadas de MiFID II. “Da igual si tienes arquitectura abierta o cerrada en términos de independencia MIFID. Puedes cobrar de una manera al cliente y luego los ejecutivos estar sometidos a otros derroteros por encima”.

Para el presidente de Abante, su concepto de independiente es “que los ejecutivos decidan por sí mismos, teniendo la mayoría”. Esto supone ponerle un tope a la aseguradora, al menos por el momento, por lo que no se prevé que a corto ni medio plazo sobrepase el 50%. Aunque sí podría hacerse con un nuevo paquete de acciones superior al 20% actual, porque hay mucho margen para ello.

Entre los hitos que ha conseguido Abante desde que en septiembre de 2019 se anunciara la entrada de Mapfre, están las adquisiciones de la navarra C2 Asesores y la madrileña 360ºCorA, operaciones con las que se ha engrosado unos 1.250 millones de euros.

Efecto llamada

En la actualidad, Abante tiene 8.000 millones gestionados (un 75%) o asesorados (25%). Gracias al músculo financiero de la aseguradora que preside Antonio Huertas, Satrústegui abre la puerta a otras firmas que quieran integrarse en su plataforma: “Hay muchos proyectos que saben que, si quieren ser independientes, tienen que engancharse a una plataforma como la nuestra”.

En el radar de su plan de expansión nacional, están regiones como País Vasco, Comunidad Valenciana o Galicia, donde podrían fichar equipos y abrir oficina, como hicieron en Málaga con Rafael Romero, o llevar a cabo una operación corporativa como la de C2 o 360ºCorA, con la estructura ya montada y en funcionamiento. Pretendientes no les faltan, puesto que “el apoyo de Mapfre ha hecho efecto llamada”.

A más largo plazo, Latinoamérica será la gran aventura de la mano de Mapfre, donde la aseguradora española es líder a través de sus filiales.

José Luis Jiménez (Mapfre) y Santiago Satrústegui (Abante).

Satrústegui también destaca otro hito que parece menor y a veces pasa desapercibido, pero no lo es. Se trata de su colaboración con Mapfre para traer un fondo de la australiana Macquarie a España, que invierte en infraestructuras y tiene una capacidad para 200 millones. “Muchos institucionales ni siquiera podían entrar en Macquarie por su ticket mínimo”, señala el presidente.

Los activos no cotizados son una línea de negocio que, partiendo de cero, ya ha cogido velocidad de crucero en la boutique. Además del fondo anterior, tienen un fondo de fondos de capital riesgo con Altamar (hasta 250 millones) y esta misma semana han anunciado que la americana Neuberger Berman ha elegido a Abante como gestora de su fondo de capital riesgo en España, con un tamaño objetivo de 150 millones.

Todos estos productos se mueven entre inversores institucionales y clientes de banca privada y, como avanza su socio responsable, más fondos ilíquidos están en fase de estudio “con primeras marcas mundiales”. El prolongado entorno de tipos de interés ultrabajos está llevando a las entidades hacia los alternativos.

Fondos de autor

Pero Abante no quiere dejar de lado uno de los que fueron sus proyectos primigenios: su hub de gestores de autor, con fondos tradicionales de acciones y bonos. Este centro, donde se dan cita José Ramón Iturriaga, Josep Prats, Alberto Espelosín, Narciso Benítez y Armando Cuesta, administra 300 millones de euros.

La cifra es pequeña -y ha ido menguando- para todas las ambiciones que se pusieron en torno a él, pero no por ello Abante va a renunciar al mismo. “Estos fondos son muy útiles y complementarios, aunque algunas veces lo hagan mejor y otras peor”, sostiene Satrústegui.

La mentalidad de la casa es “diversifica globalmente y, si después algún fondo de autor de los nuestros te encaja, se mete en cartera”.

Su hub de autor entronca con la clásica pregunta de si a favor o en contra de la gestión pasiva. Abante ya tiene dos fondos indexados, pero Satrústegui descarta que la boutique vaya a lanzarse en tromba a la guerra del low cost. “El roboadvisor se queda corto, una máquina no puede asesorar. Hay un componente emocional que una máquina no sabe interpretar”, argumenta, al tiempo que augura que, “dentro de tres o cuatro años, empezaremos a ver gestores que lo harán mejor que los índices”.

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