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A falta de tres días para el pistoletazo de salida de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, y como ya hiciera con la Eurocopa de fútbol, Diaphanum ha elaborado su selección olímpica de los ocho fondos de inversión que, asociados a un deporte, cubren todos los perfiles de riesgo. 

Estas son algunas de sus recomendaciones para revisar la cartera de inversión este verano y disfrutar de este evento deportivo histórico, siempre con el objetivo de preservar el capital y explorar nuevas oportunidades de rentabilidad.

Para los deportes de obstáculos: iShares Physical Gold. El oro es un activo que ofrece refugio si se encuentran obstáculos como ocurre en la hípica o en salto de altura, esquivando cisnes negros en el mercado o mitigando el impacto de escenarios de inflación al alza con tipos de interés reales negativos.

Para los deportes de fondo/resistencia: Hermes Global Emerging Markets. De principio a fin como el ciclismo en ruta o el triatlón, se trata de un fondo con visión a largo plazo que se beneficia de una tendencia secular como el crecimiento de los países emergentes de Asia-Pacífico.

Para los deportes de ataque y defensa. DWS Kaldemorgen. Fondo multiestrategia cuyo valor reside en el intercambio táctico al igual que en esgrima para identificar los momentos idóneos de mercado para sobreponderar o no los activos de riesgo. Su gestor estrella Klaus Kaldemorgen sería nuestro esgrimista campeón.

De los bonos catástrofe a la tecnología

Para los deportes de precisión: Melchior European Selected Opportunities. Al igual que un golfista o tirador con arco requieren de una experiencia y habilidad inmensa para acertar en el hoyo o en el blanco, el fondo de Melchior es capaz a través de su estrategia bottom-up de seleccionar las empresas ganadoras en Europa con un sesgo en pequeñas y medianas capitalizadas.

Para deportes de trabajo en equipo: Gam Star Cat Bond.  Un equipo con experiencia y pionero en la clase de activo es la clave del éxito de invertir en bonos catástrofe. La esencia del fondo es similar al remo olímpico, donde la técnica y trabajo en equipo es fundamental para que la tripulación alcance la meta.

Para deportes en aguas bravas: Ruffer Total Return. La habilidad de un piragüista para recorrer un canal de aguas bravas representa los mismos valores que el fondo de Ruffer, cuyo objetivo es tratar de sortear shocks externos o escenarios distintos a los del consenso de mercado con un nivel de volatilidad bajo.

Para deportes de fuerza: Polar Global Technology. Toda cartera debería tener un peso específico en un sector tan disruptivo como el tecnológico. Escoger las compañías líderes puede parecer simple, pero exige de un espíritu de lucha similar al de la halterofilia, donde se exige un trabajo previo de preparación y entrenamiento muy importante.

Para deportes de gimnasia: M&G Optimal Income. La flexibilidad del fondo se asemeja a la de los gimnastas, permitiendo reducir la exposición a riesgo de crédito y tipos de interés en base al análisis macroeconómico del equipo para lograr una rentabilidad superior a los índices de referencia.

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