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Comisión Nacional del Mercado de Valores. Europa Press.

Fondos de inversión

La inversión en SPACs por parte de los fondos será considerada como compleja

Cuando la exposición vaya a superar el 10% del patrimonio, los documentos comerciales deberán incluir una mención expresa de los riesgos.

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Cuando un fondo de inversión o sicav invierta en una SPAC, esta posición será considera como compleja, por lo que llevará aparejada una condición. Así lo ha aclarado la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en la última actualización de preguntas y respuestas sobre Sostenibilidad y Normativa de IIC ECR y Otros Vehículos de Inversión Colectiva Cerrados.

La inversión de los fondos y sicav españoles en estas empresas de adquisición de propósito especial (SPAC, por sus siglas en inglés) será “apta siempre que sus acciones estén admitidas a cotización en mercados regulados o sistemas multilaterales de negociación que cumplan los requisitos del art. 48.1.a) del RICC y se observen todos los criterios señalados en el artículo 15 de la ORDEN EHA/888/2008, de 27 de marzo, en particular, que la liquidez de estas acciones no comprometa la capacidad de la IIC de atender reembolsos y que se disponga de una valoración fiable”, reza el documento.

El organismo supervisor de los mercados indica en su respuesta que la inversión en SPACs deberá ajustarse a lo previsto en el folleto y en el documento de datos fundamentales para el inversor (DFI) y, “teniendo en cuenta que se trata de una inversión compleja, cuando la exposición a SPACs vaya a superar el 10% del patrimonio, tales documentos deberán incluir una mención expresa a los riesgos que puede conllevar”, incide.

Primera SPAC española

Estas empresas cotizadas de origen norteamericano han ganado mucho protagonismo en el último año, a raíz de la pandemia de Covid-19. De hecho, es la firma AZ Capital (Jorge Lucaya) quien ha lanzado al mercado la primera SPAC española en Europa tras levantar 175 millones de euros junto a su socio británico STJ Advisors (John St. John).

Cotizado en Ámsterdam, el vehículo (Spear Investments I) tendrá un plazo de 15 meses ampliables por otros seis meses, en dos periodos de tres, para buscar una compañía para fusionarse. Esta compañía será una empresa europea valorada entre 750 y 2.000 millones de euros que tenga beneficios o se encuentre cerca de darlos. 

Entre las características para la compañía adquirida, se encuentra que sea "innovadora", use tecnologías como el machine learning o la inteligencia artificial o tenga entre sus prioridades la gestión de la cadena de suministros, la descarbonización de la economía o la economía circular.