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Banco Santander es el banco que más palos ha tocado para salvar in extremis su negocio de sicavs. Tanto es así que, atendiendo a la fórmula que ha desvelado EL ESPAÑOL-Invertia, el grupo que preside Ana Botín propuso a los accionistas mayoritarios de sus sicavs que fueran ellos quienes comprometieran 350.000 euros antes del 15 de noviembre en nombre de los 99 minoritarios restantes. Todo con el fin de cumplir con la nueva ley antifraude. De no hacerlo, se les informaba de que se podría poner fin al contrato de gestión y administración llegado el peor de los casos.

A partir del año que viene, los 99 accionistas minoritarios de una sicav deberán aglutinar 247.500 euros en total (el resultado de multiplicar los 2.500 euros que, como mínimo, debe poner cada uno de ellos por 99) para considerar que son inversores reales y no meros figurantes o, como se les conoce en el argot financiero, los 'mariachis'.

Algunos de los grandes bancos están informando a sus altos patrimonios que podrían ser ellos quienes abonen la cantidad requerida a modo de 'subvención', redondeando al alza hasta los 300.000 euros (o 350.000 euros en el caso del Santander) para cumplir más holgadamente.

Pero luego serían los famosos 'mariachis' con carácter individual quienes se anotarían contablemente la inversión de 2.500 euros o su correspondiente proporción (más de 3.500 euros por accionista en el Santander).

Este método ha cobrado fuerza en los últimos meses tras haber analizado previamente las participaciones cruzadas, esto es, que el accionista de referencia de una sicav invierta 2.500 euros en otras 99 sociedades del mismo grupo, procedimiento que a, la inversa, harían otros mayoritarios hacia su propia sicav. A priori, ninguna norma dice que esto no se pueda hacer. El problema es que, a posteriori, ambos procedimientos podrían ser considerados por Hacienda un fraude de ley, y la sicav en cuestión acabaría tributando al 25% y no al ventajoso 1% como hace ahora.

Santander se queda solo

Según diversas fuentes financieras consultadas, el Santander puso sobre la mesa la opción de invertir 350.000 euros de más a cada cliente que quisiera mantener su sicav, y estos tenían hasta el pasado 15 de noviembre para analizar los pros y contras, dar su visto bueno, dejar pasar esta opción o barajar soluciones alternativas. Pero, de no sellar ese compromiso en el plazo propuesto, el banco podría estudiar si cancelar el contrato de gestión y administración de la sicav en un futuro en función de la situación legal del momento. El grupo bancario no ha hecho comentarios a esta información.

La postura del Santander contrasta con la de su máximo rival histórico, BBVA. El grupo azul se opone tanto a esta práctica como a la de participaciones cruzadas, y ha trasladado a sus clientes que "BBVA no va a facilitar a las sicavs el requisito de inversión mínima de 2.500 euros en accionistas minoritarios".

La Vela, sede de BBVA en Madrid. BBVA BBVA

El líder de un banco privado internacional se alinea con este último: "Los accionistas de sicavs tendrán que ser reales o no lo serán". Tal y como cuenta a este periódico, la mayoría del sector ha tomado la misma decisión, "no ayudar a montar un hueco sistema de mariachis", y son muy pocos los que estarían siguiendo la propuesta del Santander. Es más, "los mariachis se han acabado", asevera.

Cabe recordar que el Santander es quien más dinero se juega con el desmantelamiento de las sicavs. A cierre de noviembre, era la firma líder en este segmento, con casi 4.900 millones de euros de 404 sociedades donde había más de 100.200 accionistas, con datos de Inverco. Sus tres más inmediatos perseguidores, BBVA, Bankinter y Banca March, tenían entre 2.000 y 2.700 millones menos de volumen en sicavs.

Con todo, quienes acaben disolviendo y liquidando su sicav podrán reinvertir en los siete meses posteriores ese dinero en fondos españoles sin tributar por las plusvalías, y luego no habrá permanencia mínima para saltar de un fondo español a uno internacional.

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